Las investigaciones en torno al socavón de Santa María Zacatepec, Puebla, detectaron que existen dos oquedades más en la zona, las cuales pueden colapsar y representar un riesgo mayor para la población.
El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, señaló que fue informado que a partir de los estudios realizados por especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se encontraron dos oquedades, una menor que está dentro del perímetro resguardado, y una oquedad mayor que está afuera.
“No están los hoyos, cuando me refiero a oquedad no es que estén los hoyos allí hechos, no; es que están detectados que pueden ocurrir. No del tamaño del super socavón, pero sí fui informado de eso”, señaló Barbosa.
Debido a lo anterior, el gobierno de Puebla ampliará el perímetro de seguridad en la zona.
Por su parte, Ana Lucía Hill Mayoral, secretaria de Gobernación estatal, informó que socavón de Puebla no ha presentado nuevos cambios en su tamaño hasta el momento, se mantiene el eje mayor en 126 metros de diámetro y el eje menor en 123 metros.
Las oquedades detectadas por los investigadores del IPN no han colapsado, pero pueden hacerlo en cualquier momento, lo cual mantiene en alerta a las autoridades.
En general, toda la zona en la que se ubica el socavón de Santa María Zacatepec presenta una serie de agujeros, como si se trataran de pequeños túneles. Así lo muestran imágenes captadas por un dron, las cuales fueron difundidas por México DJI Puebla.
Además de los hoyos, la zona presenta varias depresiones y hundimientos.
El socavón de Santa María Zacatepec se ubica en un área de terrenos de cultuvo.
Especialistas de los Institutos de Geología y Geofísica de la UNAM han explicado que esta zona, que tiene un tipo de suelo sumamente fértil, debe ser considerada como de riesgo geológico.
LEE TAMBIÉN: UNAM explica las revelaciones de las paredes del socavón de Puebla
La riqueza del terreno proviene de la materia arrojada por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl al paso de los años, cuya actividad le ha dado características especiales y también lo ha nutrido con los sistemas de drenaje de agua.
Sin embargo, aunque la zona es propicia para la aparición de socavones, este solo ocurre cuando existe un desequilibrio.
“Esta es una zona naturalmente propensa por su tipo de suelo (a los socavones) y porque hay la presencia del agua. Mientras no nos metamos, va a haber una especie de equilibrio. Pero cuando hay una variación del nivel de aguas freático, como cantidades importantes de lluvia o porque estamos extrayendo mucha agua para el proceso de riego, vamos a estar debilitando el sueño hasta que finalmente se da el colapso”, explicó el doctor Carlos Valdés González, especialista del Instituto de Geofísica de la UNAM.
El exdirector del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) detalló que la subida y bajada del nivel de aguas freático provoca que el suelo se deslave de sus elementos finos y pierda la cohesión.
Para explicar mejor lo anterior, el doctor Carlos Valdés utilizó el ejemplo de la construcción de un castillo de arena en la orilla del mar. Mientras la arena está húmeda, se mantiene firme, pero al secarse, se desmorona.
Incluso, las imágenes de las paredes del propio socavón revelan que tiene una serie de oquedades.
El agua fluye a través de dichas cavidades, arrastra alguna de las partículas más finas poco a poco, lo que va generando una cavidad, la cual al final se colapsa y genera un socavón como el de Santa María Zacatepec.