De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la viruela símica es una enfermedad zoonótica viral, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos, y también se puede propagar entre las personas.
Se llama viruela del simio porque se identificó por primera vez en colonias de monos para investigación en 1958. Solo se detectó más tarde en humanos en 1970.
A partir del 13 de mayo del presente año, varios países no endémicos de la enfermedad han presentado casos de viruela símica. Este sábado 28 de mayo, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno de México confirmó el primer caso de viruela del mono en este país.
La erupción generalmente comienza dentro de uno a tres días del inicio de la fiebre. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de líquido transparente o amarillento, y luego pueden formar costras, secarse y caerse.
El número de lesiones en una persona pueden ser desde pocas hasta miles. La erupción tiende a concentrarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También se pueden encontrar en la boca, los genitales y los ojos.
Los síntomas suelen durar entre 2 y 4 semanas y desaparecen por sí solos, ya que no hay vacuna porque la inoculación contra la viruela se detuvo en todo el mundo después de que se convirtiera en la primera enfermedad humana en ser erradicada en 1980. No hay tratamiento específico para esta enfermedad.
Cualquier persona que tenga contacto físico cercano con alguien que tenga síntomas de viruela del mono corre el mayor riesgo de infección.
Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la viruela del simio.
Su diagnóstico se realiza por medio de muestras de exudado, húmedo o seco, de las lesiones cutáneas; preferentemente el líquido de las vesículas o pústulas, y alternativamente con las costras.