Andrea Hernández, quien sobrevivió a la tragedia que costó la vida a tres alpinistas de un grupo de 12 en el Pico de Orizaba, como consecuencia de una tormenta, presentó su testimonio en redes sociales.
De frente a la cámara y con voz serena, mostrando la forma en la que las inclemencias del tiempo dañaron sus extremidades superiores, Andrea Hernández narró su experiencia.
Dijo que desde al menos dos meses antes se planeó la travesía a realizar entre viernes, sábado y domingo. Llegar el viernes, subir Sierra Negra para aclimatación, bajar y de ahí subir a Fausto González y, muy temprano, subir a la cumbre.
Recuerda que el viernes todo transcurrió conforme a lo planeado, llegaron al refugio de Fausto González, descansaron y se dispusieron a subir el sábado.
El pronóstico solo contemplaba una nevada normal, entre 8:00 y 9:00 de la mañana. Todo transcurrió con calma, y llegaron a la cumbre, pero un par de minutos de manera sorpresiva se desató la tormenta, fue de menos a más. Algunos de ellos sentían que la tormenta los movía y se resguardaron en una pared de piedra.
De repente aminoró la fuerza de la tormenta y optaron por intentar bajar. El guía se asomó y consideró que la cara norte no era la mejor alternativa, por lo que solo quedaba la cara sur.
Había nueve personas y temían ser presas de la hipotermia. Empezaron a bajar juntos, separados por escaso metro y medio. Recuerda que la neblina la atrapó, volteó a ambos lados y no vio al resto de los integrantes, por lo que empezó a gritar, pero "la montaña se comía todo lo que yo estaba gritando".
Intentó alcanzar a sus compañeros, pero todo era blanco, “no tenía un norte en ese momento”, por lo que decidió bajar como se lo indicará el instinto, hasta que encontró una roca y cavó un hoyo para resguardarse, pero en la maniobra perdió los guantes.
Ahí permaneció hasta que decidió seguir adelante, para no sufrir una hipotermia y morir. Con la vista y las extremidades afectadas por el frío caminó hasta donde pudo y volvió a cavar un refugio en una piedra.
Permaneció en ese sitio hasta que la venció el cansancio y al amanecer marcó al 911, le pedían enviar su ubicación, pero no pudo hacerlo; ante ello, a pesar de que no veía bien, optó por seguir adelante.
Finalmente, llegó a otra roca, ahí escuchó ruido y se percató de que se trataba de personal de Cruz Roja Rescate Alpino, quienes la ayudaron y trasladaron al refugio.
Agradece que la mayoría de los integrantes del grupo salieron con bien, en tanto que David Urbina y ella se encuentran en recuperación. Sin dejar de lamentar el deceso de tres de quienes conformaron la expedición.