No todo el turismo es sol, arena, playa y mar, tampoco ruinas, zonas arqueológicas, o la naturaleza. Dentro de las múltiples variantes de la actividad existe el turismo negro o tanatoturismo.
Modalidad que permite recordar que en gustos no hay limitantes, barreras, ni tabús.
Generalmente, el turismo negro se enfoca en la visita a panteones, durante la noche, pero también mediante la incursión a casas abandonadas y bien la visita a sitios en donde se registraron catástrofes humanas.
De ahí que se presuma que quienes gustan de practicar turismo negro sean adictos a adrenalina, y la buscan al tratar de vivir experiencias extremas.
De acuerdo con el portal mexicorutamagica.mx, el término, turismo negro o tanatoturismo, “se utilizó por primera vez en 1996 en Escocia por Lennon y Foley, dos estudiantes de la Universidad de Glasgow. Ese mismo año, el mercadólogo y escritor A. V. Seaton acuñó oficialmente la palabra en sus publicaciones editoriales”.
En Puebla, como en muchas partes de México e incluso a nivel mundial, hay quienes participan, de manera involuntaria, en la modalidad de turismo negro.
Por ejemplo, al visitar la Casa de los Enanos, en la Avenida Juárez, o la Fuente de los Muñecos, en el Barrio de Xonaca.
Otros inmuebles de Puebla que por los sucesos registrados forman parte del turismo negro son San Pedro Museo de Arte y el Museo de Santa Mónica.
En torno a San Pedro Museo de Arte, existen varias leyendas, además de que durante su operación como hospital de San Pedro, frailes y médicos no se daban abasto con la cantidad de enfermos que llegaban cada día. Y según los registros, al no haber suficiente espacio para los cadáveres, se crearon fosas en la explanada.
En el Museo de Santa Mónica, durante diversos trabajos de restauración, se localizaron cadáveres emparedados y enterrados en sitios distintos al osario, que era el lugar destinado para este uso.
Y en algunas áreas fueron descubiertos esqueletos de fetos, amén de que hay leyendas en torno a ese claustro.
Por otra parte, dentro de esta modalidad entra la visita a la Capilla de las Reliquias y la Cripta de los Obispos que, en ocasión de la conmemoración del Día de Muertos, se realizó en la Catedral de Puebla.
A nivel nacional, dentro de la modalidad de turismo negro, se ubica la visita al altar de la Santa Muerte en el barrio de Tepito, en la Ciudad de México; así como algunos “narco tours” que se ofrecen en Mazatlán, Sinaloa, en los que se recorren viviendas, recintos y calles en las que se protagonizaron balaceras y detenciones.
Obviamente que en esta modalidad resulta inevitable incluir las visitas a las afamadas momias de Guanajuato.
En este sentido, hay casos en los que por ejemplo las casas que habitaron algunos criminales como Juana Barraza, la “Mataviejitas”, en el estado de México, son objeto de la atención social durante algún periodo de tiempo.
O también la casa donde vivió Gregorio “Goyo” Cárdenas, el célebre “Estrangulador de Tacuba”, que fue indultado por el presidente Luis Echeverría Álvarez, el 8 de septiembre de 1976, luego de permanecer 34 años en presidio.
Así que habría que considerar cuántos sin saberlo o de manera accidental habrán practicado el turismo negro.