Esta construcción data del siglo XVII y las personas que viven en las inmediaciones aseguran que han visto las almas en pena de personas que murieron de forma trágica, tal y como le ocurrió a los obreros del puente de México, que quedaron sepultados bajo los escombros.
El Puente México, ubicado sobre el bulevar Forjadores, es uno de los más antiguos del estado, fue mandado a construir por la importancia que tenía estar bien comunicado y además tener un paso rápido y ligero para los viajeros a la capital del País.
Historiadores señalan que este puente es uno de los primeros que se edificó en el estado, cuya característica fue que únicamente podían circular carretas, que eran medio de transporte de esa época.
El término de su edificación fue hasta el siglo XVIII y durante el sismo de 1999 sufrió varios daños estructurales, por lo que tuvo que restaurarse.
Una de las leyendas más populares, asegura que anteriormente se había erigido otro puente, pero el 10 de agosto de 1707, una terrible tormenta se llevó todo lo que los trabajadores habían levantado y con ella a todos los obreros, quienes murieron bajo los escombros.
Después de ese fatal accidente, los habitantes aseguraban que en las noches comenzaron a escuchar a los obreros fallecidos, por lo que también fue llamado el “Puente de las Ánimas”, pues eran las almas de los trabajadores que no podían trascender ni seguir su camino al más allá.
Hasta la fecha este lugar guarda muchas historias y leyendas, en redes sociales muchas personas afirman ver hombres trabajando y conforme se acercan, estos desaparecen.
Otra leyenda asegura que como solo se le permitía el paso a las carretas, las personas que no las tenían, debían cruzar el puente a pie, corriendo el peligro de ser arrastrados por la corriente del Río Atoyac.
Lo cierto es que esta obra arquitectónica actualmente constituye una de las más importantes vías de comunicación y desde ese entonces ha quedado tan sólida que ni las más fuertes tormentas y corrientes de agua han mermado su fortaleza.
El puente de México está conformado por tres arcos, que desde el suelo hasta el punto más alto miden 18 metros de altura.
Además de esta estructura hidráulica se construyeron otras más, el de San Martín Texmelucan y el de la Garita, que eran los que conectaban a la ciudad.
Dicho puente sigue conectando a la ciudad de Puebla con Cholula y es uno de los más utilizados por los automovilistas; sin embargo, la corriente de agua que circula por él, continúa causando estragos, principalmente en época de lluvias con los desbordamientos.