Los mexicanos tienen una gran capacidad de resiliencia que les permite adaptarse incluso, ironizar sobre casi cualquier situación, incluida la muerte.
Sin embargo, a pesar de que se trata del fin de un ciclo natural, llegado el momento, la muerte de un ser querido es dolorosa y no en pocos casos traumatizante.
Es un episodio que requiere de la ayuda de un profesional para salir adelante. No se necesita tanto la ayuda de un psicólogo o un psiquiatra, tampoco de un guía espiritual, sino de un tanatólogo.
En México, opera e Instituto Mexicano de Tanatología, que cuenta con la página electrónica tanatología.org.mx en la que se puede encontrar información al respecto.
Para entrar en materia, hay que partir de apreciar a la Tanatología como “el estudio de la vida que incluye a la muerte”. El término tanatología, tiene su origen en el griego thanatos (muerte) y logos (estudio o tratado).
Su objetivo es proporcionar ayuda profesional al paciente con una enfermedad en etapa terminal y a sus familias, o bien a una persona que esté en viviendo algún tipo de pérdida.
Es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado concebido como disciplina profesional. También se encarga de los duelos derivados de pérdidas significativas que no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales. Prepara a las personas para asumir cualquier tipo de pérdida.
Educa a tratar en forma humana e inteligente a quienes están cercanos a la muerte. Entender la dinámica de la pena desde un punto de vista humano, donde se acentúe la importancia de las emociones.
Se trata de una disciplina que puede ayudar a todas las personas a salir adelante, de la mejor manera posible, ante la irreparable pérdida de un ser querido.