Después de dos semanas de haberse formado el socavón de Santa María Zacatepec, en el municipio poblano de Juan C. Bonilla y que comenzó como un agujero de 60 metros de diámetro, el pasado sábado 12 de junio, gran parte de la vivienda que se encontraba a un costado, colapsó.
Autoridades señalaron que el socavón de Puebla tiene unos 56 metros de profundidad y pudo haberse ocasionado debido a una falla geológica y otros factores hídricos del suelo y subsuelo.
Por su parte, pobladores de la comunidad aseguran que la oquedad puede deberse a la sobreexplotación de mantos acuíferos.
El ingeniero Carlos Valdés del Instituto de Geofísica de la UNAM señaló que el socavón podría continuar extendiéndose y lo viene haciendo a un paso breve, no lo está haciendo en forma rápida.
El especialista recomendó hacer un acordonamiento más amplio, no acercarse, no hacer ruido y dejar que la naturaleza lo estabilice. “Tampoco se va a comer medio Puebla, definitivamente no hay agujeros tan grandes”, dijo en una entrevista radiofónica realizada por la periodista Denise Maerker.
Valdés, quien fue titular del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), señaló como una preocupación que en los alrededores el tipo de suelo sea el mismo al de la zona donde se formó el socavón, pues se podría presentar la misma condición, por ello la importancia de seguir las evaluaciones y perfiles.
Recomendó también que los habitantes de la región informen si han escuchado leves sonidos, si han visto pequeños o leves hundimientos.
Cualquier indicio extraño que perciban los vecinos de la zona, podría ser una información importante, refirió el ingeniero de la UNAM.
Un ejemplo de esto ejemplo puede ser que se sequen una serie de plantas que estén cultivadas en la zona, "pues ello podrían ser síntomas y signos que deberán llamar la atención de inmediato para una asesoría o actuación de parte del gobierno".
Carlos Valdés estima que el socavón dejará de crecer hasta que encuentre una zona donde el terreno sea más duro, más estable.
Otra manera en que puede dejar de crecer es con una pendiente, porque en este momento las paredes del socavón son muy verticales. Una pendiente le daría estabilidad, sin embargo intentar contenerlo en esas condiciones, puede provocar que todo se derrumbe por el mismo peso de aparatos o equipos.
Vemos que las paredes son muy verticales, prácticamente son las paredes de un edificio, se puede recortar a un ángulo de 45° y esto le daría estabilidad. Pero no habría manera de meter ningún instrumento, aparato o hacerlo de forma manual, porque el mismo peso de estos equipos puede provocar que se venga abajo, dijo.
La respuesta a esta pregunta es sí. El académico del Instituto de Geofísica señaló que las vibraciones que se generen por muy mínimas que sean, como las que provoca la gente que se quiera acercar, los sobrevuelos de helicópteros, inclusive de los mismos drones que, aunque sean aparatos muy pequeños, pueden provocar que el terreno se desestabilice y siga aumentando su diámetro.
“Tenemos que ser cuidadosos por lo que nosotros mismos podemos provocar: que alguien diga estoy a 30 metros del socavón, la vibración de los vehículos, el caminar, el mismo hablar puede generar vibraciones muy tenues que eventualmente continúen debilitando el socavón”, advirtió.
El pasado 11 de junio, durante la visita que realizó el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta a la zona, el investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Pedro Francisco Rodríguez Espinosa, señaló tres posibles respuestas a partir de los estudios realizados hasta ese momento:
Rodríguez Espinosa, advirtió que aunque no se puede predecir si surgirán más hundimientos, lo que es cierto es que la oquedad iba a aparecer tarde o temprano.
Agregando que durante el tiempo que los especialistas llevan trabajando en la zona, han registrado una combinación de procesos de efectos acumulativos, los cuales involucran el intensivo aprovechamiento del agua en la zona.
Tras el colapso de la vivienda que finalmente fue ‘tragada’ por el socavón, las autoridades informaron que mide ya 126 metros y tiene una profundidad de 56 metros.
Durante la conferencia matutina que realiza el gobernador, Barbosa Huerta la secretaria de Gobernación de Puebla, Ana Lucía Hill Mayoral, señaló que se han identificado nuevas fisuras en el terreno, por lo que se analizarán y se ampliará el perímetro de seguridad en la zona.
Respecto a lo que ocurrió con la casa, la funcionaria indicó que el derrumbe de la vivienda era inevitable ya que se encontraba en un volado de 5.5 metros, lo que lo hacía inevitable.