Tal vez esta nota no será bien recibida por los amantes de la comida, pero la ciencia parece tener una respuesta intrigante. Varios estudios recientes han revelado que comer menos podría ser la clave para prolongar la vida, no solo en animales, sino también en los humanos.

Uno de los principales estudios fue realizado por el Laboratorio Jackson en Estados Unidos y aportó pistas fascinantes sobre cómo las dietas restrictivas pueden alargar la vida. De hecho estos descubrimientos, fueron publicados en la prestigiosa revista Nature, marcando un hito en la investigación sobre longevidad.

El equipo investigó a casi mil ratones con diversas dietas para observar cómo la restricción calórica afectaba su esperanza de vida.

Lo innovador de este estudio es que cada ratón era genéticamente distinto, lo que ofreció una representación más realista de la diversidad genética humana, haciendo que los resultados sean más aplicables a nuestra especie.

Los hallazgos fueron sorprendentes: los ratones que siguieron una dieta muy baja en calorías vivieron más tiempo, independientemente de su peso o niveles de glucosa, que son tradicionalmente considerados indicadores de salud metabólica.

Esto sugiere que la longevidad no se relaciona simplemente con perder peso, sino con otros factores fisiológicos más complejos.

Uno de los hallazgos clave de este experimento fue que la "resiliencia fisiológica" (la capacidad del cuerpo para recuperarse del estrés o enfermedades), ya que esta jugó un papel más importante que la simple reducción de calorías.

En pocas palabras, esto significa que no solo basta con comer menos, sino que la capacidad del organismo para adaptarse a los cambios también influye en la extensión de la vida.

Los ratones sometidos a restricciones calóricas vivieron entre 30 y 34 meses, en comparación con los 25 meses de los ratones sin restricciones.

Este patrón fue evidente también en ratones que practicaban ayuno intermitente, aunque la restricción calórica estricta tuvo un mayor impacto en la longevidad.


¿Qué significa esto para los humanos?

Si bien estos resultados en animales son reveladores, trasladarlos directamente a los humanos es más complicado.

De acuerdo con un artículo publicado por el medio Infobae, Daniel Belsky, epidemiólogo de la Universidad de Columbia, señala que, aunque la restricción calórica parece tener beneficios para la salud, los efectos sobre la longevidad pueden variar dependiendo de factores como la genética, el estilo de vida y el estado de salud de cada persona.

Además, otros estudios recientes, como uno de la Universidad de Yale, sugieren que comer menos podría "rejuvenecer" el sistema inmunológico, mejorando el funcionamiento del timo, un órgano crucial para producir células inmunitarias. Sin embargo, la reducción extrema de calorías puede tener efectos adversos como debilidad muscular o un sistema inmunológico comprometido.

En conclusión, la ciencia sugiere que reducir la ingesta calórica puede tener beneficios para la longevidad, pero aún hay mucho qué investigar para entender completamente sus efectos en los humanos.

Las dietas restrictivas no son una fórmula mágica y, aunque pueden retrasar el envejecimiento, también pueden traer consigo efectos secundarios que no siempre son deseables. Quizá, en vez de simplemente comer menos, la clave está en equilibrar las calorías y fortalecer el cuerpo de manera integral.

Por ahora, parece que el camino hacia una vida más larga no es tan sencillo como pasar hambre, pero la ciencia sigue buscando respuestas.

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