En el corazón de la Sierra Norte de Puebla, existe un encantador Pueblo Mágico que se prepara para una de las festividades más esperadas del año, el famoso y espectacular Festival de la Llorona.
Esta celebración, que coincide con el Día de Muertos, rinde homenaje a las tradiciones y leyendas mexicanas, especialmente la historia de la Llorona, que ha cautivado a generaciones con su misterio y melancolía.
Tlatlauquitepec, cuyo nombre en náhuatl significa "El Cerro que Colorea", cobra vida a finales de octubre y principios de noviembre, cuando las familias locales montan coloridos altares para recibir a sus seres queridos difuntos.
Durante este periodo, el pueblo se llena de actividades culturales, altares vibrantes y espectaculares tapetes de aserrín, que adornan las principales calles del centro histórico.
Estos tapetes, una tradición de raíces prehispánicas, son el reflejo del sincretismo entre las culturas indígenas y la influencia colonial.
Entre las actividades más destacadas se encuentra la representación de la leyenda de La Llorona en la iglesia histórica de Huaxtla.
Este espectáculo nocturno atrae a lugareños y visitantes, envolviendo al público en una atmósfera mística, donde la frontera entre el mundo de los vivos y los muertos parece desdibujarse.
El Festival de La Llorona se ha convertido en un símbolo cultural de Tlatlauquitepec desde su inicio en 2018. Año con año, cientos de personas asisten para disfrutar de los rituales, conciertos, ofrendas monumentales y, por supuesto, la famosa representación de la leyenda de La Llorona a orillas del río, donde el eco de su lamento resuena entre las montañas.
Este 2024 el Festival de la Llorona estará del 30 de octubre al 3 de noviembre con un sinfín de actividades, entre las que destacan:
-Taller de vinos tradicionales.
-Visita al mirador de la Cascada de Puxtla.
-Recorrido en lancha por la cascada iluminada.
-Ceremonia de sahumerio.
-Música en vivo.
-Elevación de globos de cantoya.
La gastronomía también es parte esencial del festival. No puedes perderte los tlacoyos rellenos, el mole de hongos y los deliciosos postres como la calabaza en piloncillo.
Además, el pan de muerto artesanal cocido en hornos de leña es una delicia que te transportará al pasado.