Los alacranes, también conocidos como escorpiones, son los primeros arácnidos que habitaron la tierra. Hay miles de especies en todo el mundo y en la antigüedad llegaron a existir ejemplares que alcanzaban los tres metros de largo. La gran mayoría no suponen una amenaza grave para el ser humano y los adultos sanos no suelen necesitar tratamiento médico después de sufrir su picadura.
En México existen ocho especies peligrosas, las cuáles se han encontrado en Morelos, Guerrero, Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Puebla, Michoacán, Estado de México, Durango y Oaxaca. Si bien toparse con ellos en la realidad genera un fuerte impacto, que significa su aparición en nuestros hogares.
Según la Biblioteca Digital del ILCE, su presencia es considerada como un augurio adverso. Los zapotecas, por ejemplo, lo interpretaban como un mal indicio, ya que creían que eran enviados por fuerzas malignas, atribuyéndoles una conexión con el diablo. "A los alacranes los relacionaban además con la muerte, asociándolos con Mictlantecuhtli, el dios de los muertos, de las profundidades y de la oscuridad", destacan.
Se argumenta que el encuentro con un alacrán puede sugerir problemas como la mentira, dificultades financieras, infidelidades o envidias. No obstante, en el lado positivo, hay quienes creen que encontrarlos en casa puede estar ligado a la protección, la astucia o la sabiduría.
Si encuentras alguno en tu hogar, el repelente natural que debes utilizar para eliminarlos es la tierra de diatomeas, que son algas fosilizadas que se adquieren al cuerpo de alacrán, y lo deshidratan hasta matarlo. Solo debes de espolvorear un poco en las entradas de tu hogar y donde encontraste su nido.