El volcán Iztaccíhuatl, conocido también como la Mujer Dormida, es una de las montañas más altas de México, con una altura de 5 mil 215 metros sobre el nivel del mar.
Su nombre proviene de la lengua náhuatl y significa “mujer blanca”. Esto, debido a la peculiar forma de una mujer que está recostada y cubierta con un manto blanco.
De acuerdo con los especialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), este coloso se formó hace 1.7 millones de años atrás y está localizado en la frontera entre el Estado de México y Puebla.
¿El Iztaccíhuatl es un volcán activo?
En 2019 un suceso despertó la preocupación de la población, pues se decía que “La Mujer Dormida” había despertado, ya que en redes sociales comenzó a viralizarse una imagen en donde se mostraba una explosión del Iztaccíhuatl.
En respuesta a esta situación, la Coordinación Nacional de Protección Civil publicó un mensaje para aclarar que no había actividad eruptiva en 'La mujer dormida’ y que solo era "una ilusión óptica utilizada para generar miedo entre la población”.
Y es que de acuerdo con el investigador de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Robin Campion, el Iztaccíhuatl se encuentra en estado de reposo prolongado, aunque sigue siendo un volcán “potencialmente activo”. Destacó que aunque esté en reposo, no se puede considerar como un volcán extinto.
De acuerdo con el especialista La mujer dormida ha tenido actividad eruptiva en los últimos 10 mil años, por lo que para la geología no se le puede considerar como un volcán extinto.
El texto de Miguel Guzmán Peredo, “Las montañas de México. Testimonio de cronistas”, relata que en 1868 el historiador Jesús Galindo y Villa presenció la erupción del Iztaccíhuatl y la describió de la siguiente manera:
“El 20 de julio de 1868, como a las diez de la mañana, se oyó un fuerte ruido en la montaña Iztaccíhuatl que a pocos momentos notó que se cimbraba, y un reventón en la parte más elevada. Por dicho reventón salió inmediatamente mucho aire y muy fuerte, comenzando enseguida a arrojar peñascos, los que al rodar hacia la falda arrancaron grandes árboles que encontraron en su tránsito acompañado de aguas azufrosas de color oscuro”, se lee en el texto.
¿Cómo sería una erupción del Iztaccíhuatl según la IA?
Después de esta información, decidimos utilizar la Inteligencia Artificial para ver una simulación en caso de que el Iztaccíhuatl reanudara su actividad.
Los resultados obtenidos muestran que una erupción podría desencadenar una poderosa fumarola y la dispersión de cenizas en una amplia área, incluyendo la Ciudad de México y el estado de Puebla.
La simulación sugiere que, al igual que él Popocatépetl, una erupción del Iztaccíhuatl tendría consecuencias significativas para las comunidades cercanas, así como para las regiones circundantes.
La caída de cenizas podría afectar la calidad del aire, la visibilidad y la salud pública, además de generar posibles interrupciones en las actividades cotidianas y en los sistemas de transporte.
