Un estudio reveló una conexión directa entre el consumo de alcohol y una dieta poco saludable. Entre los bebedores de fines de semana, el 36% de los hombres mostró un mayor consumo de comida chatarra, frituras y bebidas, mientras que el 64% de las mujeres reportó un aumento en el consumo de comida chatarra, frituras y dulces. Si quieres saber más sobre los efectos de beber cada semana, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
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Cada tipo de bebida alcohólica tiene una cantidad distinta de calorías. Estas calorías se acumulan, y consumir más de las necesarias puede dificultar el mantenimiento de un peso saludable. Por ejemplo, una botella de cerveza de 12 onzas contiene aproximadamente 150 calorías. Superar una cantidad moderada de bebidas alcohólicas puede aumentar el riesgo de problemas personales y de salud, incluido el trastorno por consumo de alcohol.
Según un estudio académico, el consumo excesivo de alcohol también se vinculó directamente con alteraciones en el sueño, incluyendo altos niveles de somnolencia y dificultades para dormir. El hallazgo más innovador del estudio fue la relación entre el consumo de alcohol durante los fines de semana y el insomnio, diferenciada por género. En los hombres, se observó una mayor latencia del sueño, es decir, el tiempo que tardan en pasar de estar completamente despiertos al sueño es más prolongado, lo que impide que el sueño sea reparador y duradero.
En cuanto a las mujeres, el estudio reveló que las que consumen alcohol regularmente experimentan niveles de insomnio significativamente más altos en comparación con aquellas que no consumen alcohol. Esto podría deberse a que son más propensas a despertarse con mayor frecuencia y tienden a desarrollar insomnio después de la pubertad.
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Especialista enfatiza que un buen sueño es crucial para la memoria, ya que lo que se aprende durante el día se consolida en el cerebro durante la noche. Además, señala que las alteraciones en el sueño pueden causar desajustes en el reloj biológico y en los niveles hormonales. Un sueño deficiente puede llevar a un aumento en el cortisol, relacionado con el estrés, o en la hormona grelina, que estimula el apetito.