Hace siglos, el estado de Puebla tenía un territorio mucho más extenso que el que conocemos hoy, incluyendo salidas tanto al Golfo de México como al Océano Pacífico. Sin embargo, una serie de eventos históricos en los siglos XVIII y XIX alteraron significativamente su mapa, resultando en la pérdida de esos accesos al mar y la reconfiguración de su territorio.
Según el libro La Puebla de Los Ángeles en el Virreinato, de Guadalupe Pérez-Rivero Maurer y Juan Pabla Salazar Andreu, Puebla fue en su momento el segundo territorio más importante del país gracias a su ubicación estratégica entre el puerto de la Villa Rica de la Vera Cruz y la Ciudad de México.
De acuerdo con el mapa de 1845 ubicado por la Mapoteca, en la parte norte de Puebla estaba el distrito de Tuxpan que partía en dos al estado de Veracruz. Por el sur abarcaba el distrito de Tlapa (actualmente Guerrero).
Sin embargo, en 1783, la Real Ordenanza firmada por Carlos III en Madrid ordenó la creación de nuevos municipios y provincias con el objetivo de incrementar las rentas reales.
Este mandato tuvo como consecuencia que, en 1793, Tlaxcala se convirtiera en el primer estado en separarse del territorio poblano mediante una Cédula Real.
Posteriormente, Cuautla-Amilpas se añadió a la intendencia de México, y finalmente, en 1849, Tlapa e Iguala se integraron al recién formado estado de Guerrero.
Estas divisiones territoriales llevaron a que Puebla perdiera sus costas del Océano Pacífico. En 1853, Tuxpan pasó a formar parte de Veracruz, lo que dejó a Puebla sin acceso al Golfo de México. Sin embargo, como compensación, el estado adquirió los municipios de Teziutlán, Zacapoaxtla y Tehuacán.
A pesar de que Puebla se extendió por ambos océanos al menos 25 años, son pocos los mapas que reflejan esta extensión. También son raros los mapas que muestran a Puebla cortada en el sur, pero aun con acceso al Golfo de México.
En contraste, abundan los mapas de la primera mitad del siglo XIX en los que Puebla y el Estado de México se extienden hasta el Pacífico, antes de la creación del estado de Guerrero.
Con estas redistribuciones, Puebla perdió la posibilidad de tener playas, quedando en el centro del territorio nacional tal y como lo conocemos hoy.