Si tienes jamón en casa, es posible que, con el tiempo y un almacenamiento inadecuado, comience a volverse baboso. Por ello, los especialistas ofrecen recomendaciones sobre cómo manejar esta situación con el embutido. Es probable que al revisar tu jamón en el refrigerador hayas notado una consistencia babosa y una apariencia blanquecina. En ese momento, surge la duda sobre si es seguro consumirlo en esas condiciones. Si quieres saber más, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
Si alguna vez te has preguntado sobre la viscosidad que aparece en los embutidos tras varios días en el refrigerador, se debe a la proliferación de bacterias ácido lácticas que crecen dentro del paquete, alimentándose de los carbohidratos presentes en el producto y debido al alto contenido de humedad. Juan Pedro Camou Arriola, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y experto en productos cárnicos, explicó que estas son bacterias benignas, como los lactobacilos. Aunque en bajas concentraciones no son perjudiciales para la salud, pueden generar un olor y un sabor ligeramente ácido.
¿Es seguro comer jamón si está viscoso o baboso?
Respecto a si es recomendable consumir el jamón una vez que presenta viscosidad, la respuesta inicial es no, ya que es difícil predecir los efectos que podría tener en el consumidor, dado que no se puede saber qué otros tipos de bacterias han proliferado. Sin embargo, si decides insistir en comerlo y al lavarlo con agua desaparece el mal olor y sabor, es probable que no cause daño. Las bacterias ácido lácticas que provocan esta viscosidad son las mismas que se utilizan comercialmente para fermentar productos como el salami, yogur y quesos madurados.
Por otro lado, si después de enjuagarlo con agua el aroma a descomposición persiste, definitivamente no debes consumirlo, ya que los riesgos de contraer una infección gastrointestinal aumentan.
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Juan Pedro Camou Arriola destacó que para preservar correctamente los embutidos, deben mantenerse en la "cadena de frío", es decir, conservarse a temperaturas de 0 a 2 grados Celsius desde su empaquetado hasta llegar al consumidor final. La ruptura de esta cadena, especialmente si se expone a temperaturas superiores a 4 °C, provoca que el embutido suelte agua y acelere su descomposición.
La vida útil promedio de la mayoría de los embutidos es de entre 45 y 60 días desde su producción. Sin embargo, interrumpir la cadena de frío y abrir el empaque puede acortar este período, sobre todo en climas cálidos o en hogares donde el refrigerador no se mantiene a la temperatura adecuada (6 °C).