¿Alguna vez has experimentado que se te "suba el muerto“? Este término coloquial se refiere a lo que se conoce como "parálisis del sueño“, una condición en la que, aunque la mente está despierta y activa, el cuerpo permanece inmóvil. Durante este estado de “despertar incompleto”, muchas personas pueden experimentar sensaciones inquietantes, como presión en el pecho, dificultad para respirar o incluso alucinaciones. Estos síntomas pueden ser aterradores y, a menudo, están acompañados de una sensación de vulnerabilidad. Si quieres saber más, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
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Quienes han experimentado la parálisis del sueño a menudo mencionan que no pueden hablar. Muchas veces, intentan pedir ayuda a alguien que está a su lado o en otra habitación, pero se encuentran incapaces de emitir cualquier sonido. Esta sensación de impotencia puede ser angustiante, ya que la mente está alerta, pero el cuerpo no responde. Además de la incapacidad de hablar, algunos también reportan una sensación de opresión en el pecho o la percepción de una presencia extraña en la habitación, lo que puede intensificar el miedo durante estos episodios. Esta experiencia puede ser muy desconcertante y, para algunos, incluso aterradora.
Esto es lo que dice la ciencia sobre la parálisis de sueño
El doctor Milton René Morán Morales, de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, explica que el fenómeno del despertar incompleto activa nuestros sentidos, pero la función motora del cuerpo sigue inhibida debido a que se encuentra en un estado de sueño REM (Movimiento Rápido de los Ojos). Durante esta fase del sueño, el cerebro está muy activo, lo que puede llevar a la confusión entre estar despierto y seguir dormido. Esta desincronización entre la actividad mental y la incapacidad física para mover el cuerpo es lo que genera las sensaciones inquietantes y la impotencia que muchas personas experimentan durante un episodio de parálisis del sueño.
Varios estudios sugieren que ciertos factores pueden aumentar la probabilidad de experimentar parálisis del sueño. Estos incluyen:
Dormir poco o tener un horario irregular de sueño: La falta de descanso adecuado o patrones de sueño desorganizados pueden contribuir a la aparición de esta condición.
- Cambios de zona horaria: Los viajes frecuentes que alteran el ritmo circadiano pueden desestabilizar el sueño.
- Dormir boca arriba: Esta posición puede facilitar episodios de parálisis del sueño en algunas personas.
- Estrés: Situaciones estresantes pueden afectar la calidad del sueño y desencadenar episodios.
- Cansancio excesivo: La fatiga extrema puede alterar el ciclo de sueño, favoreciendo la parálisis.
- Consumo de bebidas alcohólicas o drogas: Estas sustancias pueden interferir con los patrones normales de sueño.
- Consumo de algunos medicamentos: Ciertos fármacos pueden tener efectos secundarios que afectan la calidad del sueño.
- Predisposición genética: Algunos individuos pueden tener una mayor susceptibilidad a la parálisis del sueño debido a factores hereditarios.
Identificar y manejar estos factores puede ser útil para quienes buscan reducir la frecuencia de estos episodios.
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El doctor Milton René Morán Morales también destacó que durante la fase de sueño REM hay una mayor hiperactividad en la actividad eléctrica del cerebro, lo que permite una mayor conectividad neuronal. Esta intensa actividad es lo que puede dar lugar a las pesadillas. Como resultado, las personas pueden recordar vívidamente lo que ocurrió durante esos sueños aterradores, y esto a menudo se acompaña de síntomas como ansiedad, angustia e incluso taquicardias.