Surgido hace casi una década como consecuencia de una evolución del marketing tradicional, el metamarketing, ligado al desarrollo de los recursos digitales, ha evolucionado de manera paulatina para tratar de atender las necesidades de una comunidad interactiva.
Como es natural, el marketing ha evolucionado. Ahora se utilizan las redes sociales e incluso la Inteligencia Artificial.
En general, se trata de una evolución de las estrategias de comercialización en la que las redes sociales y, en general, las tecnologías de la información juegan un papel central.
Se basa, en la actualidad, en la apuesta por experiencias inmersivas, ya que una parte importante de su mercado objetivo son los nativos digitales. En concreto, los integrantes de las generaciones Z y Alfa, que desde su nacimiento han estado marcados por un ámbito digital.
El e-commerce modificó el esquema tradicional para crear un consumidor que apuesta por interacciones inmediatas y fáciles a través de plataformas digitales, como chatbots o transmisiones en vivo.
Esto lleva a las marcas a brindar experiencias más inmersivas a sus clientes potenciales, lo que modifica los esquemas de comercialización y promoción.
El metamarketing
El metamarketing busca proporcionar un enfoque interactivo e inmersivo que brinde al cliente una experiencia diferente y más completa.
Philip Kotler, considerado el padre del marketing moderno, señala que “el metamarketing se esfuerza por crear un recorrido de cliente inmersivo, involucra la entrega de experiencias digitales en espacios físicos, o proporciona experiencias de la vida real en entornos virtuales”.
Para lograrlo, se centra en tres capas: el medio, el entorno y la experiencia.
En todo caso, lo obvio es que la forma de promover no solo mercancía, sino también eventos e incluso promocionar personalidades, ha cambiado y se encuentra en plena evolución, con cada vez mayor participación de las redes sociales y, por supuesto, de la tecnología.