El 21 de diciembre de 2024 se cumplen 30 años del día en que Puebla amaneció cubierta de ceniza del Popocatépetl, lo que llevó a que las autoridades lo consideraran un volcán activo que debía ser monitoreado. Paralelamente, sus erupciones han dado pie a especulaciones sobre la presencia de OVNIS.
Los supuestos avistamientos se han vuelto cotidianos, y es común encontrar en plataformas como X videos de luces y objetos que se relacionan con presunta vida extraterrestre en el perímetro e incluso en el interior del coloso.
Los OVNIS, cuyas siglas significan objetos voladores no identificados, han cobrado tal relevancia que hasta la Real Academia Española (RAE) reconoce el término.
Como su nombre lo indica, se definen como objetos que están suspendidos en el aire y que los observadores no pueden identificar, aunque no necesariamente están relacionados con vida de otro planeta.
También se les conoce por otros nombres según el idioma, y los avances en la observación e investigación han llevado incluso a las autoridades a estudiar el fenómeno.
Actualmente, en español también se utiliza el término FANI, que significa Fenómeno Aéreo No Identificado. Este concepto es más amplio, ya que no se limita a un objeto, sino que abarca cualquier fenómeno aéreo inexplicado.
En 2023, los FANI fueron tendencia en Estados Unidos, ya que en el Congreso algunos representantes abogaron por transparentar informes sobre vida extraterrestre generados en la segunda mitad del siglo XX.
La presencia de objetos voladores no identificados captados por cámaras de monitoreo del volcán desde los años 90 ha dado pie a investigaciones y teorías, incluso en universidades extranjeras.
En la última década del siglo pasado, existió en Atlixco un grupo de observación que documentaba sus avistamientos en bitácoras. El Popocatépetl también ha sido analizado en programas y producciones del periodista mexicano Jaime Maussan, especializado en estos temas.
En 2023, la Universidad de Harvard causó revuelo con una publicación en la que sugería que las autoridades de Estados Unidos consideraban al Popocatépetl como un posible portal para facilitar la interacción con vida extraterrestre.
Desde la perspectiva científica, el análisis del interior del volcán se ha centrado en la presencia de lava, agua y en la formación y ruptura de sus domos.