Una de las costumbres más arraigadas entre la comunidad católica es bendecir 12 velas el último día de cada año o, bien, el primero de enero, con el fin de encomendar a la familia para que no falten “casa, vestido y sustento”.
Los fieles acostumbran asistir a la iglesia, a la misa de la Divina Providencia, orar ante la imagen de la Santísima Trinidad y depositar tres monedas en la alcancía especial que tiene tres ranuras para la ofrenda.
La tradición está relacionada con la Divina Providencia, a la que los creyentes se encomiendan periódicamente en busca de bienestar personal y económico.
¿En qué consiste la tradición de la bendición de veladoras?
La bendición de las 12 velas de la Divina Providencia es ya una tradición en las iglesias y parroquias del país, como un signo de fe y confianza en Dios.
La tradición consiste en acudir al templo durante el último día de diciembre o el primer día de enero para que el sacerdote lleve a cabo la bendición de las velas.
Posteriormente, cada familia o persona reza una oración cada día primero de mes, como un signo de confianza en la Divina Providencia, a quien se le pide bienestar físico, financiero y prosperidad.
Se recomienda que el encendido de la vela cada primer día de mes sea un momento de unión familiar, acompañado de una oración con la intención de ponerse en las manos de Dios.
De ahí que las tiendas de artículos religiosos reporten un incremento sustancial en las ventas de fin de año.
Las velas significan luz, fe y representan un signo de alabanza a Dios.
Las velas pueden ser de color morado, rosa o blanco, aunque la Iglesia recomienda a los fieles evitar el uso de velas de colores que puedan desviar las creencias religiosas.
Ese día, los fieles acostumbran ir a la iglesia, asistir a la misa de la Divina Providencia, orar ante la imagen de la Santísima Trinidad y depositar tres monedas en la alcancía especial que tiene tres ranuras para la ofrenda.