Si algo distingue a un refrigerador mexicano de los demás, es que se suelen guardar toppers de yogurt que no tienen precisamente eso sino cualquier otro alimento que sobró de alguna comida como frijoles o sopas. Pero ¿por qué no se debe hacer? Esto dice la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
¿Cómo reutilizar los toppers de yogurt?
Tanto los envases plásticos de yogurt, como helados y crema suelen encontrar en las familias mexicanas un reúso para almacenar más comida.
Este hecho ha sido incluso motivo de memes, pues lo anunciado en los empaques suele distar del contenido real, lo que pueda confundir a cualquier desprevenido.
Hay incluso restaurantes que para guardar ese toque mexicano presentan sus postres en los pequeños envases de medio litro.
Así pues, el reúso para guardar alimentos es uno de los principales fines de estos contenedores, aunque también hay quien los utiliza para almacenar otros productos del hogar no comestibles, hacer decoraciones e incluso prácticas de reciclaje.
¿De qué están hechos los toppers de yogurt?
Cualquier envase o topper debe contener información que te permite identificar qué vida se le puede dar a ese plástico.
De acuerdo con la Profeco existen tres tipos de plásticos que se pueden utilizar para colocar alimentos en reúso.
Estos son los que se consideran como de Food Grade o de grado alimenticio, los datos se encuentran dentro de un triángulo señalado con flechas y también se identifican con el símbolo de reciclaje.
El primero de ellos es el plástico tipo 2 conocido por las siglas PEAD o HDPE y comúnmente sirve para envases de lácteos, cosméticos y detergentes.
El segundo plástico de grado alimenticio es el 4 conocido por las siglas PEBD o LDPE que normalmente se emplea en bolsas de basura, envases para alimentos y envases para detergentes.
En tanto que el tercero es el plástico número 5 identificado con las siglas PP que se usa en los envases de yogurt y de embutidos.
Así que antes de reutilizarlo, debes saber si el topper es adecuado para reciclar, pues al agrietarse puede soltar partículas plásticas que son dañinas para la salud y están relacionadas con algunos tipos de cáncer.
Además, al ser porosos, pueden almacenar bacterias o resto de otros alimentos que se pueden echar a perder.
La recomendación general que hace la Profeco es prestar atención a la información sobre el tipo de plástico que contiene cada recipiente y si ya están maltratados, mejor darles otro uso que no sea para almacenar alimentos.
