Las velas no son solo objetos que utilizar en forma de decoración o para aromatizar algún espacio. Desde hace generaciones han venido siendo utilizadas para hacer distintos rituales, para ayudarnos a meditar y conseguir distintos estados de ánimos y objetivos. Representan la luz que guía nuestro camino en la vida.
Encender una de ellas es como colocar un faro en tu alma, iluminando los rincones más oscuros y proporcionando claridad en tus pensamientos. Cada llama lleva consigo el misticismo de la luz que disipa las sombras, simbolizando la esperanza y el renacimiento. Sin embargo, es importante prestar atención a la forma en que se apagan y una de las recomendaciones es no hacerlo soplando.
Esto puede generar un humo desagradable y potencialmente molesto para quien realiza la acción o para quienes están cerca. Según la creencia popular, la vela sirve para pedir deseos, y soplarla interrumpe el mensaje que se envía a quienes podrían conceder estas peticiones, según el portal Viviendo en Casa. Lo más apropiado es permitir que la vela se consuma por completo en un lugar seguro.
La seguridad también es un tema importante. En este sentido es recomendable hacerlo utilizando una campana o un vaso. Este método reduce el riesgo de accidentes y la posibilidad de que se produzcan chispas o gotas de cera caliente que puedan causar daños.