Los teléfonos celulares son un elemento imprescindible para muchos ciudadanos, quienes los utilizan de manera indiscriminada, incluso en días con temperaturas elevadas, quizás sin ser conscientes de las afectaciones que pueden sufrir por la ola de calor.
Utilizar el celular dentro de un vehículo o en la calle por períodos prolongados durante las horas de calor extremo puede ser arriesgado. En principio, porque el teléfono celular tiende a calentarse.
¿Cómo afecta el calor a los celulares?
El sobrecalentamiento en dispositivos móviles como los teléfonos celulares, televisores o pantallas puede derivar en problemas tales como la aparición de píxeles quemados en las pantallas, degradación acelerada de los componentes internos y, en casos más severos, la inutilización total del equipo.
Incluso, la exposición de los teléfonos celulares al sol puede provocar fallas en la batería y otros aspectos técnicos. No hay que olvidar que las baterías de los celulares son particularmente vulnerables al calor.
El sobrecalentamiento puede degradar la batería de manera acelerada, reduciendo su capacidad de retener carga y su vida útil. Una batería expuesta a altas temperaturas puede incluso hincharse o explotar, representando un riesgo para la seguridad del usuario.
El calor excesivo también causa el deterioro precoz de los componentes internos del celular, como los chips del procesador, la memoria y los circuitos integrados. Este desgaste puede llevar a fallas en el sistema, pérdida de datos y, eventualmente, al colapso del dispositivo.
Aunque la mayoría de los celulares emiten avisos al usuario en caso de un eventual sobrecalentamiento, es importante tener en cuenta estos riesgos.
Un elemento adicional a considerar es el lugar donde se coloca el teléfono celular, ya sea dentro de un auto, casa u oficina, y la temperatura que puede prevalecer en ese entorno.
En general, los expertos en la materia subrayan la necesidad de respetar los límites de temperatura establecidos por los fabricantes para asegurar un funcionamiento óptimo del dispositivo. El objetivo debe ser evitar reparaciones o fallas permanentes, pero sobre todo, no exponerse a un daño físico.