Las fumarolas y cenizas que caen del volcán Popocatépetl no sólo afectan la vida cotidiana de las personas que viven cercanas a él, sino también la salud de las personas que viven en sus alrededores. Las cenizas emitidas por el “Popo” provocan enfermedades que afectan principalmente a los ojos y al sistema respiratorio tratados por lo que también se pide a los habitantes de las regiones de Puebla y Edomex estar atentos a las alertas emitidas por los gobiernos estatales y el gobierno federal.
Los volcanes emiten cenizas, polvo, dióxido de azufre, monóxido de carbono y otros gases nocivos, siendo el dióxido de azufre el más dañino de estos gases. El humo volcánico se produce cuando los gases reaccionan con el oxígeno del aire, la humedad y la luz solar.
Este polvo es un tipo de contaminación del aire que puede llegar a ser bastante tóxico principalmente por su contenido de ácido sulfúrico y otros compuestos relacionados con el azufre.
Estos gases son lo suficientemente pequeños como para inhalarse profundamente hasta los pulmones. La inhalación de niebla volcánica irrita los pulmones y las membranas mucosas y puede afectar la eficiencia de la función pulmonar. El polvo puede agravar las siguientes enfermedades pulmonares: