El 11 de enero de 1967 José del Carmen Ruiz Hernández festejaría su cumpleaños número 12, sin embargo, los copos de nieve cayendo sobre el entonces Distrito Federal superaron las expectativas del día.
A 55 años de la primera y única nevada en la Ciudad de México, cada año recuerda con emoción cómo la naturaleza le otorgó un especial regalo que no esperaba y presume su niñez afortunada.
La sorpresa para él comenzó cuando despertó y desde la ventana de su cuarto comenzó a ver cómo se pegaba la nieve al vidrio, ya luego se convirtió en un día sin clases a media semana en el que los niños aprovecharon para jugar.
"Primero fue la novedad porque en nuestra vida habíamos visto la nieve, en mi vida fue la primera vez que vi nieve de a deveras , ya después de grande he visto nieve en otros lugares, pero en aquel entonces era una novedad en toda la Ciudad de México", recuerda en entrevista.
Hasta antes de ese día, el menor sólo había conocido la nieve en las imágenes en blanco y negro de las fiestas decembrinas de otros países, pero ese día él y sus hermanos tuvieron que inventar qué ropa se ponían para salir a jugar en un terreno baldío que estaba al lado de su casa en la colonia Educación y también a un parque que se ubicaba atrás de su primaria.
"Me acuerdo que agarrabas un puño con la mano pelona, porque tampoco llegábamos a usar guantes y apretabas y apretabas y salían prácticamente unas piedras de nieve, pero no recuerdo haberle aventado una piedra a alguien, alguna guerra de bolas de nieve no la recuerdo", agregó con nostalgia.
De acuerdo con recuentos hemerográficos, días antes el Servicio Meteorológico Nacional había advertido que un frente frío y una masa de aire polar se dirigirían a la capital del país entre el 9 y 12 de enero.
Sin embargo fue el miércoles 11 cuando por la madrugada se alcanzó un nivel de -4 grados centígrados y para las 5:00 horas comenzó la nevada en puntos como la avenida Reforma, el Monumento a la Revolución y el Centro Histórico.
Al igual que José del Carmen, varios niños de la época salieron a jugar con la ropa más abrigadora que tenían, pero no para la nieve y nadie fue a la escuela.
Mientras que algunos adultos tuvieron que faltar a sus trabajos y la ciudad enfrentó consecuencias climatológicas que no fueron tan divertidas como salir a jugar con la nieve por primera vez.
Según reseñas, se registró el desbordamiento del Río de los Remedios en la colonia Progreso nacional de la hoy alcaldía Gustavo A. Madero debido a que un día antes también había llovido fuerte.
Por otro lado se reportaron bloqueos carreteros para acceder a la ciudad, algunos automovilistas quedaron varados y se reportaron fallecimientos por hipotermia.
Hoy que hasta los recuerdos son virales, las fotografías de la Ciudad de México nevada llenan algunas publicaciones en las redes sociales con melancolía.
En ellas se pueden observar espacios pintados de blanco como Chapultepec, el Barrio de San Ángel, el monumento de la Diana Cazadora o el mismo Palacio de Bellas Artes.