Un enjambre sísmico que se está registrando en Michoacán podría ser precursor del nacimiento de un volcán, de acuerdo con investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El enjambre es un conjunto de temblores pequeños, que en su mayoría son imperceptibles, pero tan sólo entre el 1 de mayo y el 8 de junio del 2021 hubo 242 microsismos en la región de Uruapan y el corredor volcánico Michoacán-Guanajuato.
Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica y actual director del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) UNAM-Costa Rica, consideró fundamental vigilar y monitorear estos enjambres sísmicos, toda vez que son uno de los precursores del nacimiento de un nuevo volcán y pueden representar riesgos para la población local, informó la universidad en un comunicado.
“La principal pregunta que nos surge es la posible actividad volcánica, porque México es un país volcánicamente activo, especialmente en esa región, donde hay más de mil 200 volcanes pequeños en el llamado campo de volcanes de Michoacán-Guanajuato”, indicó el experto.
Otros signos que avisan del nacimiento de un coloso son: la deformación del terreno, la emisión de gases con olor a azufre, así como manifestaciones hidrotérmicas y afectaciones a la vegetación, que se secaría por las altas temperaturas en el suelo.
Además del enjambre sísmico del último mes, en Michoacán de enero a junio del 2021 se registraron 305 microsismos, además, en enero de 2020 también hubo enjambres sísmicos, por lo que a la fecha dan un total de 4 mil 102 sismos.
“Estos enjambres suponemos que están asociados al movimiento de magma, pero no siempre llegan a la superficie. Estos enjambres aparecieron en 1997, 1999 y 2006, y no llegó el magma a la superficie. Tal vez pasa lo mismo ahora, por lo que es muy importante seguir vigilándolos”, dijo el investigador Denis Xavier Francois Legrand.
Los académicos de la UNAM consideraron que aunque no hay información concluyente al respecto, es recomendable seguir una estricta vigilancia científica en la zona, estar pendientes de los mapas de riesgo y las recomendaciones de las autoridades de Protección Civil.
Hace 78 años, los mexicanos vieron nacer al volcán Paricutín, justamente en terrenos de cultivo donde hubo una serie de sismos antes de que se abriera la tierra para dar paso al coloso, en 1943.