Viajar en transporte público es una necesidad de movilidad, sin duda tiene sus beneficios, pero lejos de ser una bendición puede llegar a ser una experiencia incómoda.
La mayoría de los poblanos que, por suerte o por desgracia, deben utilizar el transporte público a diario para ir a su trabajo o escuela deben esperar más de 45 minutos para abordar el transporte, según una encuesta realizada por Moovit, misma que asegura que la mayoría de ellos pasa en el transporte público desde 45 minutos hasta más de 2 horas todos los días.
Durante ese tiempo de traslado pueden ocurrir un sinfín de situaciones incómodas, es por eso que decidimos hacer una lista de las más comunes que ocurren todos días. Así que échale un ojo a esta lista y dinos ¿con cuál te identificas?
Una de las peores cosas que tiene el transporte público es que casi nunca hay lugares para sentarse, por lo que encontrar un asiento desocupado se convierte en algo parecido a una lucha por la supervivencia.
Una vez que logras conseguir el preciado lugar, hay que pedir permiso a un pasajero para que te dé “chance” de sentarte a su lado, lo más usual que pasa es que existe gente que se enoja por tal petición.
No entendemos el por qué, pero mucha gente se ofende cuando le hacen la amable solicitud para ceder el asiento.
Una vez que conseguiste sentarte, nada te exenta de evitar que tu compañero, sea el mejor de todos, empiece a hacer ruidos extraños o peor utilice tu hombro para echarse una siestecilla.
Si no logras sentarte, ni modo, tendrás que soportar los constantes roces, los sudores y los tocamientos “sin querer”. En fin, sabes de lo que hablamos.
Otro punto a considerar son los olores. Además de los corporales, algunos pobres pasajeros deben soportar a diario todo tipo de aromas. Algunos muy desagradables, sobre todo, a primera hora de la mañana. De hecho, algunos pasajeros suelen comer mientras van en el transporte público, haciendo que los olores se mezclen y se conserven más.
Muchas son las personas que no tienen ni la menor idea ni preocupación del ruido que están haciendo.
Pero si queremos ver positiva esta situación, es que mientras hablan fuerte te puedes entretener escuchando la conversación y más si es una discusión amorosa.
Esto va para ambos lados, es imposible que no tengan cambio tanto pasajeros como choferes.
Eso sí, algunos pasajeros abusan si saben que son las seis de la mañana y quieren pagar con un billete de 500 pesos. Es obvio que el chofer los baje por no tener cambio.
Los choferes se sienten Toretto o qué pasa, manejan a altas velocidades por la ciudad, pasándose uno que otro tope, un semáforo, etcétera. Solo te queda rezar para que llegues con vida a tu destino.
Algunos choferes piensan que para hacer más ameno el viaje deben poner su música favorita, pero digamos que hay de niveles a niveles, algunos le suben todo el volumen, que al bajar del micro, solo escuchas el zumbido de las bocinas.
Lamentablemente en este medio de transporte es muy común que carteristas suban a quitarte tus pertenencias, mientras vas de pie estos maleantes aprovechan para robar y bajarse de inmediato del transporte. Ya mejor ni mencionamos a los que suben con pistola en mano.
Sabemos que es fin de semana, pero eso no implica que quieras comenzar la fiesta en el trasporte público, algunos pasajeros no tienen vergüenza y se suben con todo y latas de cervezas en la mano, lo malo es que se les pasen las copas y se puedan poner agresivos.
Estas son algunas de las situaciones más incómodas, ¿Añadirías algo más a la lista?