Las calles 5 de mayo y 3 Norte, entre las calles 4 y 8 Poniente en el Centro Histórico de la ciudad, albergan una construcción que fue uno de los mercados más importantes por la gran actividad comercial que tuvo la ciudad de Puebla hasta 1986.
El mercado de La Victoria fue construido en honor a Guadalupe Victoria, durante el mandato del presidente Porfirio Díaz (1830-1915), siendo una de las últimas construcciones de hierro forjado en México.
La primera piedra para su construcción fue colocada en septiembre de 1854, bautizándola así también como recuerdo de "La Victoria" del ejército mexicano frente a los españoles de Isidro Barradas.
Esta estructura se encuentra a un costado de la Capilla del Rosario, lugar que antes era conocido como la huerta del Convento de Santo Domingo, un espacio cedido por los religiosos desde 1854.
Esta construcción fue diseñada como parte de una serie de obras para embellecer y modernizar a la ciudad, en las que sobresalía la utilización de hierro forjado.
La obra fue dirigida por el arquitecto Julián de Saracíbar, quien estuvo presente durante la inauguración por el gobernador Juan B. Carrasco el 5 de mayo de 1913. Sin embargo, no se concluyó hasta un año después debido a la Revolución Mexicana.
Entre los valores arquitectónicos más destacados aplicados por el arquitecto Julián de Saracíbar están las columnas, las torres y el arco con vitrales al interior del inmueble.
Su construcción terminó en 1914 y desde su apertura, el mercado se consolidó como el principal punto de venta de alimentos de la capital.
Aquí se vendía el pan de “suela” con la parte de abajo con salvado, y decorada con ajonjolí en la parte de arriba.
Los viajeros pasaban, compraban su pan y luego el aguacate, queso blanco, la pata de res, chiles en vinagre y pápalo para rellenarlas.
En el lugar comenzaron a vender las cemitas ya preparadas con pata, siendo las originales, y posteriormente llegaron las de milanesa, carne enchilada y otras que conocemos actualmente.
Por eso se dice que La Victoria, es considerada como la cuna de la cemita poblana.
Con el paso del tiempo, el mercado se convirtió en un foco rojo de infección, debido a las pocas medidas de sanidad que seguían los miles de comerciantes que habitaban el lugar. Esto ocasionó que el mercado fuera clausurado el 14 de octubre de 1986, durante la administración del alcalde Jorge Murad Macluf.
El mercado permaneció cerrado durante ocho años, hasta que en 1994 fue entregado por 99 años a la Fundación Amparo para su restauración. Aunque el proyecto inicial era la creación de un museo de arte moderno y un centro de convenciones, el inmueble terminó convirtiéndose en una plaza comercial.
Actualmente, esta construcción se encuentra en el centro de la ciudad, al lado de la Capilla del Rosario. Tiene cuatro ingresos, por el cruce de la calle 6 Poniente con la calle 3 Norte, por la avenida 5 de Mayo, en la 4 poniente y en su paralela en la 8 poniente.