En el estado de Puebla, varios sitios han mantenido una conexión histórica y cultural con Tláloc, el dios de la lluvia en la mitología mesoamericana.
Estos sitios no solo reflejan la importancia de Tláloc en las prácticas religiosas prehispánicas, sino también su relevancia en la cosmovisión y la agricultura de las culturas indígenas de la región.
Hace unos meses, en este 2023, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el hallazgo de un nacimiento de “agua sagrada” en la Gran Pirámide de Cholula.
Durante los trabajos de reconstrucción de la escalinata que conduce al sitio conocido como “El pocito de los deseos” se descubrieron fragmentos de brasero, una roca laja de calcita y una escultura cilíndrica de 30 centímetros, de basalto, representación de Tláloc, dios del agua y la lluvia en la cultura mexica.
Gracias a estas obras se encontraron otros hallazgos arqueológicos como un núcleo de adobe que correspondería al relleno de la quinta etapa del basamento, fechada hacia finales del período clásico de esta región, aproximadamente del año 100 al 600 después de Cristo).
En octubre de 2023, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó la existencia de un templo prehispánico en la cima del cerro San Miguel.
Los arqueólogos han indicado, de acuerdo a la de Torquemada y la tradición oral de Atlixco, que el templo prehispánico podría estar dedicado a Quetzalcóatl (creador y civilizador de la humanidad), Tláloc (dador de lluvia) o Macuilxóchitl (uno de los patrones del juego, la danza, el placer y las fiestas).
En el lugar también se encontraron fragmentos de vasijas de barro, así como herramientas y ornamentos de piedra, cuya antigüedad datan del periodo Preclásico Tardío al Posclásico Temprano de los mesoamericanos.
En Hueytamalco, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), busca proteger cuatro sitios con gráfica rupestre hallados en este municipio.
De acuerdo con los investigadores, en este sitio hay representaciones alusivas al peyote, una planta medicinal y al dios Tláloc, lo cual demostró el carácter ritual de la cueva y un intercambio cultural entre las regiones de Mesoamérica y Aridoamérica.
Tres de estos sitios con pintura rupestre, denominados cueva de Belén, el Aguilar y Montecelli, se encuentran en buen estado de conservación, dado que no se aprecian grafitis, pozos de saqueo u otras afectaciones de origen antropogénico
La parroquia de Santiago Apóstol ubicada encuentra en la plaza de armas en el municipio de Chignahuapan, los antiguos habitantes del pueblo dejaron un mensaje en su decoración totalmente diferente de la arquitectura barroca que estamos acostumbrados a ver normalmente.
En la fachada, los indígenas escondieron a sus dioses entre las imágenes cristianas. Por ejemplo, Tláloc se encuentra oculto entre frutas y relieves y las gárgolas, son serpientes que en silencio guardan plegarias dirigidas a Quetzalcóatl.
Por otra parte, arriba, en el tercer cuerpo, aparece Santiago Apóstol en alto relieve, llevándose consigo toda la Edad Media: con su caballo y su espada desenfundada.