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La leyenda del Patio de los Azulejos

En 1856, durante la Guerra de Reforma, no sufrió ninguna daño. Y desde ahí fue donde se generó una de las historias más escalofriantes de la Puebla antigua

Foto: Agencia Es Imagen para El Universal Puebla
11/09/2022 |19:04
Erika Rodríguez
RedactorVer perfil

Ubicada  en la 11 poniente 108, está el Patio de los Azulejos, un inmueble histórico que data del Siglo XVII, conocido también como la casa de ejercicios San Felipe Neri.

Originalmente, esta construcción era una casa religiosa pero después de la reforma se convirtió en una vecindad.

Su construcción inició en 1793, gracias a los esfuerzos del padre Cayetano Medina; quien consiguió los recursos y la autorización. Desde entonces hasta la fecha, ha sido utilizado con fines religiosos, sociales, culturales y educativos.

Su decoración es una mezcla de piedra,  ladrillo y  mosaicos de azulejos, en tonos amarillo, blanco, azul y verde que forman motivos florales.

En 1856, durante la Guerra de Reforma, no sufrió ningún daño. Y desde ahí fue donde se generó una de las historias más escalofriantes de la Puebla antigua.

Cuenta la leyenda que hace  muchos años, en una de las habitaciones del Patio de los Azulejos vivió un abogado que todas las noches, al regresar a su dormitorio, se encontraba con un anciano que rezaba con un rosario en la mano.

El abogado siempre encontraba al hombre sentado en posición de rezo. Con el paso del tiempo, formaron una buena amistad debido a la amabilidad de este anciano.

En una de las tantas historias que tuvo el abogado, se enteró de que era sacerdote, algo que no le tomó mucha importancia hasta la visita de dos monjas al Patio de los Azulejos.

Las religiosas iban con la intención de pedir una limosna, por lo que el abogado comenzó a platicar con ellas y les contó de  la amistad que había formado con el sacerdote, con la intención de que tal vez las monjas lo conocían; sin embargo, la respuesta de estas mujeres lo dejó petrificado.

Cuando el abogado les comentó el nombre del anciano, las mujeres se sorprendieron y de inmediato se persignaron, pues el anciano, que aparecía en posición de rezo y con el rosario en la mano, ya había muerto tiempo atrás.

Después de eso, el abogado prefirió irse del Patio de los Azulejos, donde hizo amistad con un ser paranormal.

Esa es una de las leyendas populares que alberga este lugar. ¿Ya la habías escuchado?