Desde el 14 de agosto, los usuarios de El Palacio de Hierro han tenido problemas para pagar sus tarjetas de crédito debido a una actualización de servidores que ha tomado más tiempo del esperado. Esta situación ha impactado negativamente en la funcionalidad del sitio web y las plataformas digitales de la tienda departamental. Si quieres saber más, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
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A través de redes sociales, clientes de El Palacio de Hierro reportaron este miércoles problemas con los sistemas de la tienda departamental, los cuales les impedían realizar compras o emitir pagos. Algunos usuarios especularon que la cadena podría haber sido hackeada. En X, los clientes se quejaron de las fallas que han afectado al sistema desde el 17 de agosto. Además, señalaron que, aunque la empresa los dirige a un número de WhatsApp para resolver sus problemas, no han recibido respuestas a sus inquietudes.
En este contexto, la tienda departamental aclaró que no había sido víctima de un hackeo. Según la empresa, las fallas en el servicio electrónico se deben a una actualización en sus sistemas, la cual ha tardado más de lo previsto y ha afectado los servicios relacionados con los pagos.
“La semana pasada iniciamos un proceso de actualización de servidores que ha tomado más tiempo del planeado, causando interrupciones en la operación, especialmente en los servicios relacionados con la Tarjeta Palacio. Nuestro equipo sigue trabajando con dedicación para restablecer el funcionamiento normal lo más pronto posible"
La compañía Palacio de Hierro ha anunciado que ofrecerá facilidades a sus tarjetahabientes para realizar trámites y pagos atrasados sin penalización una vez que la plataforma se restablezca. Sin embargo, aún no se ha proporcionado una fecha específica para que el sistema de pagos y facturación vuelva a operar con normalidad.
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El Palacio de Hierro no es la primera empresa de retail que enfrenta problemas con sus sistemas de pago este año. En abril, Coppel reportó fallas en su sistema debido a un ciberataque, lo que llevó a la activación de protocolos para proteger la información de clientes, proveedores y empleados. Como resultado, las operaciones electrónicas, incluyendo el pago de tarjetas y compras, estuvieron inactivas durante aproximadamente una semana, y también se suspendió el acceso a la aplicación móvil de la compañía.