Cada 12 de marzo se celebra el cumpleaños de Don Goyo, el apodo que le fue dado por habitantes que viven cerca de las faldas del volcán.
Este nombre lo recibió debido a una leyenda muy popular de Xalitzintla, un pueblito de unos 2 mil habitantes que se encuentra a unos 12 kilómetros del volcán.
Según cuentan los ancianos de esta comunidad, hace años, una persona de Xalitzintla iba caminando por las faldas del volcán cuando se le apareció un anciano, quien se presentó como “Gregorio Chino Popocatépetl”.
Este hombre viejo y solitario dijo ser la personificación del propio volcán, es decir, su espíritu y que había bajado a la población con el objetivo de advertirles en caso de una erupción y así prevenir alguna desgracia.
Debido a estas apariciones, la gente del poblado empezó a llamar de esta forma al volcán. Incluso, y como agradecimiento, cada 12 de marzo (Día de San Gregorio Magno) los pobladores le ofrecen bellas flores y deliciosos alimentos al coloso.
Sin embargo, este 2024 al igual que el año pasado, Don Goyo no tendrá fiesta, ya que debido a su constante actividad las autoridades han solicitado a la población no acercarse a menos de 12 kilómetros de radio del cráter.
Pero como es su cumpleaños, hemos decidido preguntarle a la IA cómo se vería el espíritu de Don Goyo, aquel que según la leyenda es el guardián de las comunidades más cercanas al volcán.
Al preguntarle a la Inteligencia Artificial cómo se vería el Volcán Popocatépetl en forma humana, nos proporcionó una visión intrigante.
En las imágenes generadas, se observa a un hombre anciano deambulando cerca del volcán, aparentemente solitario y contemplativo.
En otra imagen la IA nos presenta el rostro de "Gregorio Chino Popocatépetl", un hombre anciano con rasgos distintivos: una barba blanca corta y una mirada penetrante. Esta imagen sugiere cómo se vería el espíritu del volcán en su forma humana.
Asimismo, esta imagen representa cómo se vería el espíritu del volcán en su forma humana.
Finalmente, en una última imagen se muestra a Don Goyo como se le conoce popularmente, sentado en el interior del volcán, con un aspecto que evoca la divinidad prehispánica, adornado con un penacho majestuoso.