Un hombre identificado como Leonardo narró cómo fue forzado a comer carne humana para sobrevivir de integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Esto como parte de un proceso de iniciación del que se ha tenido referencia en otras ocasiones y que, de acuerdo a trascendidos, habría sido introducido al país por los Kaibiles y los Zetas, y posteriormente adoptado por los grupos del crimen organizado en México.
En el podcast de Gusgri, Leonardo, de 22 años de edad, dio testimonio de la experiencia que vivió tras ser enganchado con una falsa oferta de trabajo, en un episodio que culminó con su secuestro y reclutamiento forzado por el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Leonardo detalló de manera descriptiva las pruebas a las que fue sometido, entre ellas, la ingesta de carne humana. Narró: "cuando me dan el pedazo de carne, yo no me lo quería comer, decía: 'es un pecado para mí hacer eso', pero la verdad me tuve que aguantar por mi hijo. [...] Hubo dos compañeros que no se la pudieron comer, y los mataron."
Advirtió que la finalidad de esas pruebas era infundir miedo, deshumanizar a los reclutas y garantizar su obediencia absoluta.
El reclutamiento
Leonardo fue reclutado en 2022, al acudir a lo que parecía ser una cita en Zapopan, Jalisco, para desempeñarse como guardia de seguridad. Tras varias sesiones de inducción que parecían normales, arribó un grupo de hombres con equipo y vestimenta táctica con logos del CJNG. En ese momento, se enteraron de que serían empleados de ese grupo del crimen organizado.
Fueron despojados de sus celulares, carteras, encapuchados y, posteriormente, trasladados en camionetas a un campamento en la sierra de Jalisco.
Refirió que durante el entrenamiento al que fue sometido, aquellos que no cumplían las órdenes eran asesinados frente al resto e incluso, en una ocasión, los obligaron a desmembrar un cuerpo.
De acuerdo con su relato, fue liberado en 2023 luego de que fue capturado junto con otros reclutas por elementos militares, quienes, pese a que no llevaban armas, los interrogaron y luego los liberaron. Viajaban en una camioneta con suministros para el campamento.
Comenta que, tras ello, fueron interrogados por el líder del grupo que los entrenó, quien, debido a que no revelaron información a los militares, optó por liberarlos. Así, pudo regresar con su familia, que lo había reportado como desaparecido, y junto con su esposa e hijo se mudó a Sonora.