Gabriel García Márquez, el renombrado escritor, es aclamado por su habilidad para capturar la esencia del amor en sus obras literarias de una manera única y profunda. A lo largo de su carrera, el colombiano exploró este sentimiento en todas sus formas: romántico, pasional, trágico y hasta mágico. Su escritura es un testimonio de la complejidad y la belleza del amor humano.
En sus obras más famosas, Gabriel García Márquez teje historias de amor que trascienden el tiempo y el espacio. Sus personajes están imbuidos de una pasión arrebatadora que los impulsa a enfrentar desafíos inimaginables en busca de su felicidad amorosa, con una fuerza poderosa que trasciende las barreras del tiempo y del espacio y que puede transformar vidas y destinos.
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Viajar es marcharse de casa, es dejar los amigos es intentar volar volar conociendo otras ramas recorriendo caminos es intentar cambiar. Viajar es vestirse de loco es decir “no me importa” es querer regresar. Regresar valorando lo poco saboreando una copa, es desear empezar. Viajar es sentirse poeta, es escribir una carta, es querer abrazar. Abrazar al llegar a una puerta añorando la calma es dejarse besar. Viajar es volverse mundano es conocer otra gente es volver a empezar. Empezar extendiendo la mano, aprendiendo del fuerte, es sentir soledad. Viajar es marcharse de casa, es vestirse de loco diciendo todo y nada con una postal, Es dormir en otra cama, sentir que el tiempo es corto, viajar es regresar.
No ha muerto. Ha iniciado un viaje atardecido. De azul en azul claro —de cielo en cielo— ha ido por la senda del sueño con su arcángel de lino. A las tres de la tarde hallará a San Isidro con sus dos bueyes mansos arando el cielo límpido para sembrar luceros y estrellas en racimos. —Señor, cuál es la senda para ir al Paraíso? —Sube por la Vía Láctea, ruta de leche y lirio, la menor de las Osas te enseñará el camino. Cuando sean las cuatro la Virgen con el Niño saldrán a ver los astros que en su infancia de siglos juegan la Rueda rueda en un bosque de trinos. Y a la seis de la tarde El ángel de servicio saldrá a colgar la luna de un clavo vespertino. Será tarde. Si acaso no te han guardado sitio, dile a Gabriel Arcángel que te preste su nido que estás en el más frondoso árbol del paraíso. Murió la Marisela, pero aún queda un lino.
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía, y algo en tu sangre late y no reposa y en tu tallo de agua, temblorosa, la fuente es una líquida de armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía te sobra tiempo para ser hermosa y cabe todo abril en una rosa y por la rosa desangra el día
Si alguien llama a tu puerta una mañana sonora de palomas y campanas y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe. Si alguien llama a tu puerta y estás triste, abre, que es el amor, amiga mía.
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A través de su prosa exquisita y su imaginación desbordante, Gabriel García Márquez nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del amor y sus misterios. Sus historias nos transportan a un mundo donde el amor es el motor que impulsa la existencia misma y donde la pasión y el deseo son fuerzas irresistibles que moldean el destino de sus personajes.