En el Centro Histórico de Puebla se encuentra un recinto que no solo preserva arte sacro significativo, sino también oscuros secretos de épocas pasadas.
Considerado como el primer museo dedicado a la vida de las religiosas del Virreinato y el México independiente, el ex Convento de Santa Mónica, es un inmueble que data del siglo XVII.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) este sitio fue creado por el cura Don Julián López y el sacerdote Francisco Reinoso como refugio de las esposas de los españoles que se quedaban solas.
Años más tarde, en 1886, este edificio pasó a ser un convento dedicado a Santa Mónica, donde el obispo hizo profesar allí a 24 colegialas bajo la orden agustina recoleta en el primer convento de esta congregación en América.
Sin embargo, en 1857, a partir de promulgación de las Leyes de Reforma, las religiosas tuvieron que pasar por continuas exclaustraciones, obligándolas a vivir de manera discreta e “ilegal” tras los muros de sus conventos.
Tal es el caso del Convento de Santa Mónica que se mantuvo activo, aunque de manera oculta, hasta el año de 1934, cuando se descubre de nuevo y se pone fin a casi 250 años de vida monástica.
Históricamente, este convento fue uno de los últimos en ser clausurados en México.
Una vez que el convento quedó abandonado, el inmueble fue puesto entonces a resguardo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y de la Dirección de Bienes Nacionales de Puebla.
En 1935 este espacio se convirtió en el primer Museo de Arte Religioso de la República Mexicana y en ese mismo año por decreto presidencial del general Lázaro Cárdenas, se acuerda que la Secretaria Educación Pública se haga cargo del inmueble, hasta 1940 cuando pasa a la jurisdicción del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El museo reconstruye la vida de las religiosas a lo largo de 23 salas de exposición permanente y dos patios, el de Profesas y el de Novicias.
En estos espacios se despliega un acervo único en su género, compuesto por pinturas religiosas, esculturas y una gran colección de textiles elaborados por las religiosas; bordados y retablos, así como una biblioteca conventual femenina donde se muestran libros y objetos litúrgicos.
Sin embargo, lo más extraño que puedes encontrar en este museo es el corazón de Manuel Fernández de Santa Cruz (1637-1699), obispo de la Ciudad de Puebla entre 1677 y 1699, expuesto al interior de un ostensorio de metal dorado.
El relicario está acompañado por una carta del obispo, fechada el 20 de junio de 1694, donde dejó constancia de la donación de su corazón al Convento de Santa Mónica: "Hijas mías, mando en mi testamento que se saque mi corazón y se entierre en vuestro coro y con vosotras para que esté muerto donde estuvo cuando vivía…"
La placa de mármol que se conserva hasta la actualidad colocada sobre el sepulcro selló el espacio en el que estaba resguardado el corazón hasta la última exclaustración de las religiosas en 1934.
El 23 de febrero de 1837 fue trasladado al relicario en el que se expone actualmente, el cual fue donado por el obispo poblano Francisco Pablo Vázquez, cuyo corazón también reposa en el Museo de Arte Religioso Ex Convento de Santa Mónica.
Hay varias leyendas de su existencia, las cuales dicen que las mujeres que habitan en estas paredes sufrían abusos y castigos inhumanos como sacrificio hacia Dios.
Una de las leyendas más sonadas de este convento que incluso te relatan al llegar es que antes de ser convento, una mujer llamada Úrsula Vega abrió una casa de reclusión para mujeres a modo de reformar su comportamiento.
Se cuenta que hay cuerpos emparedados y enterrados en distintos sitios, además de que descubrieron esqueletos de fetos, y otro emparedado de una mujer con un feto en su vientre.
Las personas que han llegado a visitar el lugar y los trabajadores han reportado apariciones y ruidos extraños a diferentes horas del día y en especial se dice que hay mujer vestida de blanco que camina por el edificio.
El Museo de Arte Religioso “Ex Convento de Santa Mónica” se localiza en la 18 poniente 103, Centro Histórico. Con un horario de 10:00 a 17:00 horas y abre de martes a domingo. Es costo de entrada es de 70 pesos; sin embargo, los domingos la entrada es gratis.