Conocida como Tlachihualtépetl en náhuatl que significa "cerro hecho a mano", había sido abandonada siglos antes de la llegada de los españoles en 1519. En aquel entonces, su aspecto era el de una gran montaña cubierta de vegetación, aunque se sabía que no era simplemente una elevación natural, sino una antigua y venerable obra humana sobre cuya cumbre continuaban realizándose sacrificios para invocar a la lluvia.
Cuando los conquistadores se establecieron en la zona, ocuparon todo el espacio con sus edificios coloniales e iglesias, destruyendo lo existente y reconstruyendo desde cero.
Sin embargo, al confundir el Tlachihualtépetl con una simple montaña, decidieron construir una iglesia dedicada a la Virgen de los Remedios en su cima. Esta confusión involuntaria fue lo que protegió la estructura original de ser completamente destruida.
Según la revista Arqueología Mexicana, fundada en 1993 por la Editorial Raíces y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Gran Pirámide de Cholula, al igual que muchas otras en Mesoamérica, no fue construida de una sola vez, sino que experimentó varias etapas de superposición.
Estas estructuras, que imitaban montañas artificiales, servían como plataformas para templos en su cima, elevando los lugares de culto por encima del plano terrestre. Su construcción, forma y tamaño eran una manifestación tangible del poder de los líderes.
En pocas palabras, la Gran Pirámide de Cholula es el resultado de la superposición de siete pirámides durante un periodo de entre 500 y 1000 años, formó una base cuadrada de 450 metros por lado y alcanzó una altura de solo 66 metros.
Debido a sus dimensiones impresionantes, tiene un volumen de 4.5 millones de metros cúbicos y es considerada la más grande del mundo, incluso superando a las pirámides del antiguo Egipto.
Más tarde, en el siglo XX, excavaciones dirigidas por Ignacio Marquina y Eduardo Noguera revelaron su compleja historia constructiva y permitieron estudios detallados de la cerámica asociada.
A pesar de los esfuerzos por entender completamente su pasado, la pirámide permanece parcialmente intacta bajo la protección del templo católico de la Virgen de los Remedios, declarado patrimonio histórico nacional, lo que limita las excavaciones adicionales en el sitio.
Según datos oficiales del INAH, las exploraciones arqueológicas formales en la pirámide de Cholula comenzaron en 1931 y se extendieron hasta 1971.
Alexander von Humboldt, Manuel Gamio y Enrique Juan Palacio, reconocidos arqueólogos e investigadores, decidieron explorar la gran pirámide mediante la excavación de túneles subterráneos.
Durante estos trabajos se descubrieron altares con ofrendas, pisos, muros y entierros humanos.
La suma total de los túneles excavados en el interior de la pirámide supera los 5 mil metros de longitud, tras la última exploración registrada en 2002.
Estos túneles arqueológicos han permitido determinar que la construcción de la pirámide comenzó alrededor del siglo II a.C. y se completó entre los años 900 y 1100 d.C.
Para visitarla hay que ir hasta la zona arqueológica de Cholula, que se encuentra a 7 kilómetros de Puebla de Zaragoza, en la capital del estado de Puebla.