En diversas ocasiones, Puebla ha capturado la atención de la industria cinematográfica. Uno de los ejemplos más destacados es la película "Arráncame la Vida", una adaptación de la novela homónima de Ángeles Mastretta, estrenada en 2008 y dirigida por Roberto Sneider.
Protagonizada por Ana Claudia Talancón como "Catalina" y Daniel Giménez Cacho como el general "Andrés Ascencio", esta película captura la esencia de la vida en México durante la primera mitad del siglo XX.
La historia cuenta la vida de Catalina, una joven que pelea por su autonomía y libertad dentro de una relación con el dominante general Ascencio, reflejando los desafíos y las complejidades de las relaciones de poder en el contexto de la sociedad mexicana de mediados del siglo XX.
Entre las locaciones emblemáticas utilizadas en la película se encuentra el Templo Conventual de San Francisco el más importante y antiguo de la ciudad.
Ubicado en el bulevar 5 de Mayo, este templo es más antiguo que la propia Catedral de Puebla, ya que su construcción se remonta al siglo XVI, cuando los frailes menores franciscanos fundaron Puebla. El Templo Conventual de San Francisco es una joya arquitectónica de estilo Churrigueresco, que combina elementos de cantera, ladrillo y azulejo.
Su imponente torre de 63 metros de altura, terminada en 1767, y su fachada, decorada con recuadros de azulejos que representan a Dios Padre y a la Virgen Conquistadora, son algunos de los elementos que lo hacen destacar.
Dentro del templo, se encuentra un atractivo singular: los restos momificados del Beato Sebastián de Aparicio Prado, conocido como el patrono de los conductores. Este beato es venerado por los fieles, quienes acuden a la iglesia para recibir bendiciones para sus vehículos en su honor.
Así que si ya viste la película, seguramente reconocerás esta majestuosa iglesia que, con su belleza y riqueza histórica, sigue siendo un ícono de la ciudad y un testimonio de su relevancia cultural.