La maternidad y la paternidad son experiencias profundamente significativas y conmovedoras para muchas personas. Los padres constantemente desean lo mejor para sus hijos y buscan diversas maneras de protegerlos y guiarlos en su camino. Una herramienta poderosa que ha sido transmitida a lo largo de generaciones es la oración. Esta práctica espiritual, valorada por muchas culturas y religiones en todo el mundo, ofrece un medio para invocar protección, bendición y guía para los seres queridos. Si quieres saber más, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
Lee más: Pensión IMSS: Estos son los pensionados que tendrán un aumento en 2025
Las mamás buscaban la bendición de Jesús porque los padres siempre desean lo mejor para sus hijos y sabían que Jesús actuaba en el nombre de Dios, quien es la única fuente válida de bendición. Bendecir significa “decir algo bueno”, y cuando Dios dice algo bueno, eso se cumple porque Su Palabra es poderosa y creadora. Dios creó el mundo con Su palabra: "hágase", y todo ocurrió como Él lo dijo. Solo Dios puede otorgar bendiciones que realmente se cumplen. Aunque Jesús nos enseñó a decir cosas buenas sobre los demás y a bendecir, incluso a quienes nos persiguen, reconociendo que Su palabra también es un medio para transmitir bien y amor.
¿Qué oración debo hacer para proteger y bendecir a mis hijos?
Todos los bautizados participan en el sacerdocio de Cristo, compartiendo el sacerdocio laical que complementa el sacerdocio ministerial de los sacerdotes ordenados. Los padres ejercen su sacerdocio laical al casarse, ya que son ellos, y no el sacerdote, quienes son los ministros del sacramento del Matrimonio. Este sacerdocio también se manifiesta cuando oran juntos y con sus hijos, y cuando bendicen a sus hijos. Esta oración es muy efectiva para pedir protección por los hijos.
1: “Padre mío, guíalos en sus caminos y no permitas que reciban mal consejo, mal trato o cualquier cosa que hiera o dañe su corazón.”
2: “Señor Dios, los sello y protejo con el poder de la preciosa Sangre de Cristo, para que estén protegidos contra cualquier accidente, peligro o catástrofe natural que pudiera afectarlos.”
3: “Santo de los Santos, Tú que escuchas las súplicas, atiende las mías y cúbrelos con Tu manto sagrado, protegiéndolos de todo mal, peligro o dolencia, tanto psicológica como física.”
4: “Con Tu poder, sello y protejo a mis hijos con la sangre del Santo de los Santos, que se derramó para nuestra redención. Los pongo en Tus manos, Señor Jesús, para que cualquier intento de daño hacia ellos sea controlado por Tu poder.”
5: “Oh mi Señor Jesús, por Tu sangre derramada valientemente en la Santa Cruz, te ruego que limpies y purifiques a mis hijos (di sus nombres en voz alta), selles su alma, cuerpo, espíritu, mente y corazón. Que esta oración les haga ver que la mejor vida es entregártela a Ti.”
6: “Jesús Santo, pongo todo el ser de mis hijos (repite sus nombres) en Tus manos, para que Tú, Santo, guíes su camino y pasos; les brindes protección y bendición; y elijas lo mejor para ellos, incluso si no lo entienden. Que Tú estés a su lado, protegiéndolos y bendiciendo su camino, mostrándoles la luz de Tu corazón.”
7: “Permíteles, Señor, ganar todas las batallas contra el mal, ya sea espiritual o físico. Hazlos invisibles ante el peligro. Te entrego a mis hijos (di sus nombres en voz alta) porque sé que en Ti estarán seguros, Padre Todopoderoso. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.”
Una manera sencilla de impartir una bendición es hacer la señal de la cruz en la frente de tu hijo. Durante este acto, puedes rezar una bendición concreta, desde una fórmula común como "Que Dios te bendiga en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo," hasta una bendición propuesta por el bendicional de la liturgia Papal. Según este bendicional, "como atestigua el Evangelio, la gente presentaba niños a Jesús para que los bendijera y les impusiera las manos." De igual manera, los padres cristianos desean fervientemente que sus hijos reciban una bendición similar.