Son infinitas las personas que no pueden comenzar su día si no han bebido su taza de café. Se le atribuyen una gran cantidad de propiedades beneficiosas por sus agentes antioxidantes y diuréticos, lo que favorece en muchos casos a desintoxicar nuestro cuerpo. De hecho, se recomienda beber una taza de café a diario.
Diversos estudios han indicado que este producto puede brindar cierta protección contra enfermedades como el Parkinson, la diabetes tipo 2, enfermedades hepáticas y accidentes cerebrovasculares. Pablo Ojeda, un nutricionista y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, sostiene que la hora óptima para consumir café no es inmediatamente al despertar, sino al menos 30 o 45 minutos después.
Es que cuando lo consumimos apenas nos levantamos interferimos en el proceso natural de despertar, ya que reduce el cortisol, lo que dificulta que estemos alerta o más concentrados. Además, expertos han señalado que esto puede aumentar la producción de ácidos estomacales, lo que, combinado con el estómago vacío, puede dañar las paredes del estómago.
Esto podría causar malestares leves o, en casos más graves, provocar afecciones como gastritis, úlceras, alteraciones en los niveles de azúcar en sangre y un exceso de cortisol que lleva al aumento de peso. También se han observado otras consecuencias, como alteraciones en el ritmo cardíaco, problemas de concentración y trastornos del sueño, entre otros.
Por lo tanto, aunque el café tiene infinidad de beneficios para nuestra salud y cuerpo, su consumo en ayunas puede tener efectos negativos a largo plazo. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria menciona que lo ideal es tomar hasta 400 miligramos de cafeína a lo largo del día, lo que equivale a cuatro tazas de café al día máximo. Los niños no deben tomar café ni otras bebidas con cafeína.