En México, la temporada de lluvias es un evento anual que suele comenzar en mayo y puede durar hasta octubre o, en algunos casos, hasta noviembre. Este período es esencial para la recarga de acuíferos, el sustento de los ecosistemas acuáticos, así como para la agricultura y el abastecimiento de agua potable. Si quieres saber más sobre el fin de esta temporada de lluvias, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
El frente frío número 2 está ubicado en el noroeste del país, mientras que la onda tropical número 23 se mueve por el sur. La interacción de estos sistemas, junto con una corriente en chorro subtropical y canales de baja presión, dará lugar a condiciones meteorológicas extremas. Se esperan lluvias intensas en varios estados, acompañadas de descargas eléctricas, fuertes rachas de viento y el riesgo de inundaciones. En contraste, algunas regiones enfrentarán temperaturas muy elevadas, mientras que otras disfrutarán de un alivio con temperaturas más frescas.
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Según Humberto González Arroyo, director general táctico operativo de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, las lluvias de 2024 comenzaron oficialmente el 15 de mayo y se espera que concluyan el 30 de noviembre. Durante esta temporada, diversos factores como el fenómeno de El Niño, la temperatura del océano y las corrientes de viento son cruciales para determinar la cantidad y la distribución de las precipitaciones.
Este año, se ha pronosticado una temporada ciclónica un 10% más intensa que en 2023, con la posibilidad de hasta 45 tormentas tropicales. Esto sugiere que las lluvias podrían extenderse hasta noviembre, coincidiendo con el cierre de la temporada de huracanes en el Atlántico. El efecto de estas lluvias es especialmente notable en regiones como Chiapas, Veracruz e Hidalgo, donde las precipitaciones comenzaron antes. Los meses más lluviosos suelen ser junio, julio, agosto y septiembre, cuando la actividad ciclónica es más intensa.
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El Servicio Meteorológico Nacional confirmó que se anticipa la formación de una zona de baja presión en el Atlántico, con posibilidad de desarrollo ciclónico en los próximos días. También están monitoreando una zona de baja presión ya establecida en el noreste del mar Caribe, ya que podría dar lugar a una nueva tormenta tropical en el Océano Atlántico que podría impactar las costas de Quintana Roo, en México. Si se concreta, recibiría el nombre de Isaac, tras la formación reciente de Helene.
Actualmente, no hay tormentas tropicales, ciclones ni huracanes en el Océano Atlántico, según las autoridades. Sin embargo, el SMN está vigilando una zona de baja presión con un 20% de probabilidad de desarrollo ciclónico, además de otra área de baja presión más alejada, que tiene un mayor porcentaje de posibilidades (50%). Si alguno de estos sistemas se convierte en una depresión tropical, se proporcionará información sobre su trayectoria y si representa un peligro potencial para Puebla.