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Esta es la calle poblana por donde Porfirio Díaz escapó un día de septiembre

Díaz tenía planeado escaparse el día de su cumpleaños, pero tuvo que posponer su fuga

Hay hasta un bar que se llama "La fuga de Don Porfirio" en alusión a ese hecho histórico | Foto Facebook Así era Porfirio Díaz 1830-1915 / Canvas
08/09/2024 |14:40
Erika Rodríguez
RedactorVer perfil

Porfirio Díaz, un personaje crucial en la historia de México, ha sido tanto héroe como villano en la memoria colectiva del país. Su vida está rodeada de numerosos mitos, algunos de los cuales se entrelazan con las calles de Puebla, de donde se dice que escapó un día de septiembre.

Una de estas historias está narrada en el libro colectivo de Federico Navarrete y Guilhem Olivier, “El héroe. Entre el mito y la historia”, en el que se mencionan los escapes que tuvo Díaz en Puebla, donde habría sido prisionero.

El primero verificado fue poco después de la derrota ante el ejército francés en mayo de 1863 y el segundo ocurrió en un día de septiembre de 1865. Pero cuándo fue y por qué, aquí te lo contamos.

Todo ocurrió tras la caída de la ciudad de Oaxaca a manos de las fuerzas francesas el 9 de febrero de 1865. En ese entonces, Díaz fue capturado y trasladado a Puebla, llegando el 1 de marzo.



Su encarcelamiento comenzó en los Fuertes de Loreto, donde permaneció tres meses, luego fue trasladado al exconvento de Santa Catalina, y finalmente fue encarcelado en el Colegio Carolino, que entonces se utilizaba para fines militares.

En el libro Memorias, Díaz narra que tenía planeado escaparse el día de su cumpleaños, el 15 de septiembre, sin embargo, decidió posponerlo debido al movimiento de tropas que rondarían por las fiestas del aniversario del comienzo de la independencia. Finalmente, en la madrugada del 20 de septiembre, llevó a cabo su audaz fuga.

El relato de su escape es digno de una novela: Díaz, desde la azotea del Carolino, se dirigió a la esquina de San Roque, donde, tras amarrarse a una estatua de San Ignacio, descendió por el muro.

Al llegar al suelo, cayó en un cercado lleno de cerdos, los cuales se descontrolaron al verlo, poniendo en peligro su fuga. Tras calmar a los animales, Díaz cruzó la cerca y se encontró con un militar, lo que lo obligó a esconderse. Una vez que el gendarme desapareció, continuó su camino hacia la libertad.

Hoy en día, en la calle posterior al Edificio Carolino hay una placa conmemora de este hecho histórico: “El 20 de septiembre de 1865, por este lugar se fugó el General Porfirio Díaz, prisionero de los franceses después del sitio de Oaxaca, valiéndose de un cable amarrado a una estatua de San Ignacio”.

Además, sobre la calle de Palafox y Mendoza se encuentra el bar llamado "La Fuga de don Porfirio", un lugar que recuerda con un guiño la audaz evasión de Díaz, donde se dice que ya lo esperaban con unos caballos para asegurar su escape.

Este evento es uno de los menos recordados en la vida de Díaz, eclipsado por su posterior régimen autoritario y su figura como caudillo militar. Sin embargo, su escapada en esa madrugada de septiembre sigue siendo un capítulo fascinante en la historia de Puebla y de México.