Una de las figuras más importantes de la historia de México fue Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista y presidente de la República mexicana de 1917 a 1920.
Más allá de su legado histórico y político, existe una leyenda que ha intrigado a personas durante generaciones: el llamado “Tesoro de Carranza”.
Se dice que éste se encuentra oculto en un municipio de Puebla, donde cientos de personas dedican horas a explorar y rastrear la zona en busca de joyas y monedas perdidas.
Este municipio se llama Mazapiltepec de Juárez, ubicado a tan solo 76 kilómetros de la ciudad de Puebla.
Este lugar fundado en el siglo XVI fue escenario de uno de los sucesos más relevantes de la Revolución Mexicana, que dio origen a esta leyenda.
De acuerdo con la leyenda en 1914, Carranza y sus soldados del Ejército Constitucionalista viajaban en el tren, cargados con joyas y monedas de oro.
Se dice que este oro era lo "recaudado” en diferentes pueblos para financiar su movimiento en contra de Victoriano Huerta.
Sin embargo, un día, el tren descarriló a 10 metros de las vías de la estación de Rinconada en Mazapiltepec
Según la leyenda, después del accidente, Carranza y sus hombres salieron ilesos, sin embargo, no podían llevarse todo el oro, por lo que decidieron enterrarlo en esta zona, pero nunca regresaron y las joyas y monedas de oro se quedaron enterradas muy cerca de la vía.
Otra leyenda que ronda en este municipio, dice que el tesoro de Carranza se encuentra en el Cerro de Cristo Rey, conocido anteriormente como el Cerro Verde.
La leyenda dice que en 1920 las tropas de Álvaro Obregón decidieron atacar el tren presidencial, denominado “El Dorado” en el que venían Venustiano Carranza con el tesoro de la nación, el cual consistía en lingotes y monedas de oro y plata.
Las tropas de Obregón dinamitaron la vía y el tren tuvo que parar antes de la estación de Rinconada en Mazapiltepec.
Fue así como Obregón emboscó a Carranza, enfrentándose en una batalla que duró más siete horas. Obregón fue vencido junto con sus hombres, lo que provocó que cientos de cadáveres fueran sepultados en la zona.
A pesar de que las vías del tren fueron reparadas, los soldados saquearon el tren, pero al no tener forma de llevarse el botín, lo enterraron cerca del cerro.
A pesar de que han pasado más de 100 años de esta leyenda, los habitantes de las comunidades aledañas salen con sus picos y palas en busca de tal oro, por qué creen que sí existe.
Incluso han llegado de otros estados del país, con detectores de metales y pasan horas intentando encontrar alguna joya.
Se dice que hay personas que lo ha encontrado y se han vuelto ricos de la noche a la mañana, no obstante después sufren muertes repentinas por haber desenterrado ese tesoro.