El 20 de agosto, día que miles de afganos huyeron hacia el aeropuerto para escapar del terror del régimen talibán -aferrándose algunos al fuselaje de los aviones-, ellas comenzaron a planear su travesía.
Pero en realidad, su sueño inició 9 años atrás. En el 2013, un grupo de adolescentes y jóvenes de entre 12 y 18 años de edad, decidieron formar un grupo para poner en práctica sus conocimientos en matemáticas, robótica y electrónica.
Lo hicieron casi a escondidas, pues el desafío era perseverar en una sociedad donde las mujeres no tienen cabida en la educación universitaria y mucho menos en la ciencia, por lo que se llamaron Afghan Dreamers.
Gracias a la tecnología, Roya Mahboob, una de las fundadoras, pudo dar a conocer la formación de este equipo y lograr el apoyo de organizaciones internacionales hasta que en 2017 pudieron viajar a Estados Unidos para participar en un concurso mundial.
Desde entonces era inminente el regreso del régimen talibán a Afganistán y el retiro de las tropas estadounidenses, así que estas jóvenes comenzaron a pedir apoyo hacia el extranjero a fin de poder continuar con sus estudios.
En la primavera del 2020 nuevamente llamaron la atención mundial. En medio de la pandemia por el Covid-19 presentaron un innovador ventilador mecánico hecho con piezas automotrices. El equipo puede funcionar durante 10 horas con baterías y su producción tiene un costo de 700 dólares, a diferencia de un respirador artificial convencional que vale hasta 20 mil dólares.
En este 2021, para apoyar al sistema de salud de su país, las jóvenes seguían produciendo estos ventiladores, hasta aquél viernes cuando los talibanes retomaron el control de Afganistán y las calles de Kabul, la capital.
Así que las integrantes de Afghan Dreamers contactaron a la organización Digital Citizen Fund para poder salir de su país. Diez de ellas salieron hacia Qatar y cuatro eligieron a México como su destino.
Para poder huir de Afganistán tuvieron que abordar un autobús y recorrer 800 kilómetros desde la ciudad de Herat hasta Kabul, un camino que ya estaba tomado por los talibanes armados.
Este martes 17 de agosto llegaron a México, donde se les concedió una visa humanitaria de 180 días mientras se realizan los demás trámites de refugio.
Fatemah, una de las jóvenes, dice que eligieron a México por considerarlo un país con libertades y solidaridad.
Ahora temen por sus familias que se quedaron en Afganistán.
