Un elemento que se ha utilizado durante décadas para promover la potencia de un vehículo es el tiempo de aceleración que le lleva alcanzar de cero a 100 kilómetros por hora. Este es un aspecto en el que, de entrada, un vehículo eléctrico tendría que competir contra uno de combustión.

La potencia del motor, que se mide en los vehículos de combustión interna en caballos de fuerza y cilindraje, se modifica, en apariencia, al hablar de .

¿Qué acelera más rápido: un vehículo eléctrico o uno de combustión?

En 2015, Tesla difundió un video que mostró que un vehículo eléctrico aceleró de cero a 100 kilómetros por hora en 3.2 segundos.

Incluso un grupo de estudiantes suizos, con un prototipo, logró acelerar de cero a 100 kilómetros por hora en menos de un segundo.

Primordialmente, los expertos indican que, en una motorización de combustión, la entrega de depende del propulsor en sí. En tanto que en un coche eléctrico, la premisa cambia: la batería, el regulador y la transmisión también aportan al conjunto.

Una motorización eléctrica se caracteriza por su entrega inmediata de par motor (o fuerza de giro del motor) y su potencia constante.

En un vehículo de combustión, en cambio, la potencia está condicionada por el régimen de trabajo del motor, de manera que la potencia óptima solo se da cuando suben las revoluciones.

En concreto, el empuje inmediato se registra al pisar el acelerador de un coche eléctrico. Mientras un vehículo térmico se toma su tiempo para conseguir la mayor celeridad en el avance, en uno eléctrico el par es instantáneo.

Por tanto, en igualdad de condiciones, un coche eléctrico necesita menos potencia para lograr la misma aceleración que un vehículo de combustión. La aceleración es más rápida en un vehículo eléctrico.

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