A pesar de que el caldo de huesos era algo que solían hacer de manera común las abuelas con el tiempo esta costumbre, y todos los beneficios que aportaba, se fueron perdiendo. Sin embargo, es hora de retomarlo, ya que este es una de las mejores fuentes de colágeno natural que existen.
Recordemos que el colágeno es considerado la fuente de la eterna juventud. Según estudios del 'Journal of Cell Science', desempeña un papel fundamental en la creación y regulación de diversos tejidos, desde piel y cartílagos hasta ligamentos y huesos. Esta proteína, abundante en el cuerpo humano, emerge como la principal responsable de la salud de la piel y la reconstrucción celular.
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Con el paso del tiempo, la producción de colágeno decrece, lo que puede manifestarse en arrugas prematuras y flacidez facial a partir de los 30 años. Es por eso que hoy te decimos cómo elaborar tu propio caldo de huesos, para que puedas obtener todos estos nutrientes.
Un tesoro nutricional
El caldo de huesos se erige como una fuente excepcional de colágeno, una forma natural y fácilmente asimilable de ingerir este componente vital. Al filtrarse a partir de huesos hervidos durante una cocción lenta, el caldo extrae también médula ósea, aminoácidos y minerales. Componentes como la gelatina, la prolina, la glutamina y minerales como calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio y zinc, se suman a los beneficios del caldo, brindando un cóctel nutricional valioso.
Nutrientes clave
- Colágeno: El "pegamento" que mantiene la integridad de piel, huesos, cartílagos y más. Contribuye a una piel tersa y fortalece uñas y cabello.
- Gelatina: Forma descompuesta del colágeno con composición similar, se solidifica al enfriarse, indicando una dosis de colágeno asegurada.
- Prolina: Aminoácido esencial para la regeneración de la piel y la salud cardiovascular, vital en la reparación de heridas.
- Glutamina: Aminoácido clave para el funcionamiento de células intestinales y el sistema inmunitario.
Un estudio del 'European Journal of Clinical Nutrition' respalda que el caldo de huesos es bajo en calorías, saciante y asociado a la disminución del peso corporal y grasa abdominal. Su inclusión en dietas para adelgazar lo convierte en una elección respaldada tanto por nutricionistas como por celebridades.
Caldo de huesos: Un elixir ancestral para la salud
- Como su nombre lo indica para prepararlo puedes usar cualquier tipo de huesos de animal, ya sea pollo, ternera, cerdo o pescado. Entre mejor sea la calidad del animal del que proviene mayores serán los nutrientes.
- Antes de cocinarlos asegúrate de limpiarlos bien y lavarlos con agua fría para eliminar cualquier impureza.
- Coloca los huesos en una olla y cúbrelos con agua fría. Coloca la olla al fuego y deja que hierva. Una vez que comience a hervir reduce la flama al mínimo y deja cocinar a fuego lento durante varias horas.
- Si bien para lograr la mayor concentración de nutrientes se recomienda dejarlo hasta 24 horas, sabemos que esto puede ser complicado para muchos por lo que solo se recomienda dejarlo la mayor cantidad de horas posible, con un mínimo de 5 horas.
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De esta manera, el caldo de huesos emerge como un elixir ancestral, no solo para combatir el frío invernal, sino también como un aliado nutricional integral para promover la salud y el bienestar. Su riqueza en colágeno y otros nutrientes lo posiciona como un tesoro culinario con beneficios que trascienden las fronteras de la tradición.