Se conoce muy poco sobre la contribución de las mujeres en la fundación de Puebla, pero Eva Robles Galindo en su trabajo "El papel de las mujeres en el proceso de fundación de Puebla de los Ángeles", publicado por el Ayuntamiento de Puebla en 1999, aborda este tema a detalle.
De acuerdo con la autora, en 1532, un año después de la fundación de Puebla, había 80 vecinos, entre ellos varias viudas y otras mujeres, de las que no se especifica su estado.
En 1534, otras mujeres fundadoras llegaron desde España, acompañando a sus maridos, puesto que era una ordenanza del rey Carlos V, el traerlas en los primeros años de la fundación de la puebla de los Ángeles y así poblar este valle y detener el desenfreno y la vida relajada que llevaban los españoles en estas tierras y en toda la nueva España.
Entre 1544 y 1549, de acuerdo con los censos de aquel entonces, había 162 mujeres esposas de españoles.
Una de estas mujeres fundadoras se llamaba “María de Estada” o “Miriam Pérez”, quien de acuerdo con el portal AISH Latino, fue una mujer judía que falleció víctima de cólera y fue sepultada en la bóveda de una antigua iglesia, donde hoy se encuentra la Catedral de Puebla.
Asimismo, dicho portal menciona que Miriam, antes de ser arrestada por la inquisición, fue salvada por unos gitanos, quienes la criaron y bautizaron como María de Estrada, por haberla encontrado al lado del camino de Estrada.
Desafortunadamente, tiempo después fue delatada y apresada por la inquisición, donde fue torturada y encerrada en el calabozo del Alcázar de Toledo.
Después de pasar varios años en prisión por una ordenanza de los Reyes de España, que perdonaba a las mujeres sentenciadas si es que viajaban al Nuevo Mundo, fue liberada.
Al llegar a Santo Domingo, trabajó como enfermera, y se casó con Pedro Sánchez Farfán, quien era amigo de Hernán Cortés.
En 1520, María de Estrada llegó a México con su esposo, y con el conquistador Hernán Cortés, siendo la única mujer que sobrevivió a la Noche Triste.
Luego de un tiempo de haber fallecido su marido, María se volvió a casar con Alonso Martín, quien era un judío practicante.
Ambos llegaron a la ciudad de Puebla, donde se dice que nunca dejaron de practicar la religión judía a escondidas en su casa, en la Hacienda del Molino (hoy hotel y restaurante Bodegas de Molino).
A pesar de que María Estrada no aparece en los registros de los primeros pobladores del Archivo Histórico del Ayuntamiento de Puebla, sí aparece su esposo.
Por último, se sabe que María de Estrada falleció a los 41 años, víctima de cólera y fue sepultada en la bóveda de una antigua iglesia, donde hoy se encuentra la catedral poblana, y que al haber sido demolida, se perdieron sus restos.