Con la llegada de la temporada más fría del año, las bebidas calientes se convierten en las grandes aliadas para hacer frente a las bajas temperaturas. Entre las opciones más populares y tradicionales, destaca el ponche navideño, una bebida cálida y aromática que se apodera de los hogares mexicanos durante las festividades decembrinas. Con su mezcla de frutas, canela y otros ingredientes, el ponche no solo ofrece un reconfortante sabor, sino también una sensación de calidez y tradición, siendo una bebida ideal para compartir en familia o con amigos mientras se disfruta de la temporada navideña. Si quieres saber más, no te pierdas esta nota de El Universal Puebla.
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Aunque el ponche está profundamente asociado con las festividades navideñas y las posadas en México, su origen se encuentra en un lugar sorprendente: la India. El término “ponche” proviene de la palabra sánscrita “pañch”, que significa “cinco”. Esta palabra hacía referencia a la mezcla original de cinco ingredientes principales: agua, azúcar, limón, té y licor. Con el tiempo, esta bebida fue adaptada y transformada en diversas partes del mundo, y fue en México donde se popularizó en su versión caliente y frutal, convirtiéndose en un símbolo de las celebraciones decembrinas.
El ponche llegó a Europa durante el siglo XVII, introducido por la Compañía Británica de las Indias Orientales. Los comerciantes ingleses, fascinados por esta bebida originaria de la India, no solo la adoptaron, sino que también la adaptaron a los ingredientes disponibles en Europa en ese momento. A lo largo del tiempo, el ponche se fue modificando según las costumbres locales, añadiendo diversos ingredientes como ron, especias y frutas de la región, lo que permitió que la bebida ganara popularidad en distintas partes del continente europeo. Con su rica historia de transformaciones, el ponche finalmente se consolidó como una bebida festiva, especialmente durante las celebraciones invernales.
Después de su llegada a Europa, el ponche hizo su entrada triunfal en América a través de los colonizadores europeos. Fue en el virreinato de la Nueva España, lo que hoy conocemos como México, donde la bebida comenzó a evolucionar. En este nuevo contexto, el ponche se fusionó con los sabores y tradiciones locales, incorporando frutas autóctonas como el tejocote, la guayaba y la piña, así como especias como la canela y el clavo. Esta mezcla de ingredientes europeos y nativos resultó en una versión única y distintiva del ponche, que con el tiempo se convirtió en una de las bebidas más representativas de las celebraciones navideñas en México y otras partes de América Latina.
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En México, el ponche experimentó una transformación que lo convirtió en una bebida emblemática de las celebraciones navideñas. En lugar de los cítricos europeos, las frutas tropicales locales como el tejocote, la guayaba y la caña de azúcar se incorporaron a la receta, aportando sabores frescos y autóctonos que definieron su carácter. Además, las especias como la canela y el clavo, que ya formaban parte de la rica tradición culinaria mexicana, se fusionaron perfectamente con estos ingredientes, dando al ponche su distintivo sabor cálido, especiado y reconfortante. Esta combinación de sabores hizo del ponche una bebida inseparable de las festividades decembrinas, creando un vínculo profundo con la tradición y la cultura del país.