Las pestañas son indispensables en el rostro porque ayudan a resaltar los ojos y a transformar la mirada en un arma de seducción. Por ese motivo, es natural el deseo de tenerlas largas y exuberantes; y hay trucos caseros para conseguirlo fácilmente. Por desgracia, en el universo de la estética y la belleza hay procedimientos en los que las pestañas se pueden cortar.
Esto no es para nada recomendable pero, por suerte, hay varios métodos para hacerlas crecer rápidamente y existen dos productos que son muy efectivos: el aceite de ricino y de almendras. Ambos son ideales para recuperar tus pestañas aunque cada uno cuenta con características diferentes y es importante que las conozcas para que sepas cuál es el mejor para ti.
El ricino es súper popular ya que sus propiedades fomentan el crecimiento del cabello y eso, obviamente, incluye las pestañas. Además es un excelente hidratante y acondicionador, ayuda a prevenir las roturas y fragilidad, evitando que se caigan. El de almendras, por su parte, contiene antioxidantes, ácido oleico y ácidos linoleicos, lo que hace que actúe como fortalecedor de las pestañas. Gracias al Omega 3 y 6, ayuda a regenerar las pestañas y las vuelve más resistentes.
Cómo aplicar estos aceites
- Es importante que antes de que apliques cualquiera de estos dos aceites te desmaquilles perfectamente.
- No debes tener rímel ni ningún otro producto, por lo que una buena opción para hacerlo es después de tu rutina diaria de limpieza facial.
- Solo necesitas tomar un poco de aceite con un isopo y colocarlo al ras del crecimiento de tus pestañas, ten cuidado de que no entre a tus ojos.
- Repite este procedimiento todas las noches, puedes alternar el uso del aceite de ricino y el de almendras y verás cómo tus pestañas se verán más largas, más voluminosas y sanas en menor tiempo.
Por lo general, el crecimiento de las pestañas tarda entre cuatro y seis semanas. Más allá de esa estadística general, el uso de estos productos puede acelerar el crecimiento en el corto plazo. Recuerda que su caída ocasional es normal, pero si notas una pérdida excesiva, investiga posibles causas subyacentes y toma medidas para prevenirla, y si no puedes acudir a un dermatólogo de tu confianza.