Desde la antigüedad, los seres humanos han buscado explicaciones a los fenómenos que los rodean. Las leyendas y mitos han sido herramientas utilizadas por muchos pueblos para transmitir acontecimientos inexplicables de generación en generación.
Las brujas, representadas en diversas culturas como mujeres feas con verrugas o seductoras capaces de hechizar a los hombres, son parte de estas narrativas.
La cosmología mexicana dice que las brujas son mujeres que se alimentan de sangre de recién nacidos, además de que estos seres malignos se quitaban las piernas y se convertían el algún animal, algunas veces como guajolotes y otras como gavilanes, pero lo más común es verlas envueltas en fuego.
Aquí te presentamos cinco lugares en Puebla donde se dice que aparecen brujas en el cielo.
El Cerro de San Miguel es un lugar de gran importancia en Atlixco, conocido por albergar el Festival Huey Atlixcáyotl y también por estar envuelto en numerosas leyendas paranormales.
Según cuentan los lugareños que viven cerca, al caer el sol, nadie se aventura a caminar por las faldas del Cerro de San Miguel, en este municipio poblano, especialmente las mujeres embarazadas y los niños. Tras este evento, al llegar la noche, las madres cierran todas las puertas y ventanas de sus casas.
Se dice que durante la noche se pueden observar bolas de fuego que rodean el cerro de San Miguel, las cuales son descritas como brujas que buscan llevarse hombres y niños para consumirlos.
Hasta hoy, los habitantes de Atlixco mantienen un temor arraigado hacia el Cerro de San Miguel, creyendo que las brujas suben al cerro para llevar a cabo sus rituales misteriosos.
Esta comunidad en Huauchinango, conocida por la producción de flores de ornato, está envuelta en leyendas sobre brujas y duendes. Alrededor de la presa de Tenango, los visitantes escuchan historias de bolas de fuego danzantes en la noche, asociadas con las brujas locales.
Al sureste del estado de Puebla, la comunidad de San José Tlacuitlapan es famosa por la aparición de brujas que se transforman en bolas de fuego.
Comúnmente se les ve en el camino a la estación, cerca de la aguacatera, y más frecuentemente en San José Tlacuitlapan, donde se cuenta el caso muy sonado de una pareja que, en la oscuridad de la noche, pudo rescatar a su bebé.
Ubicado en el municipio del mismo nombre, Aljojuca significa "en el agua azul celeste" en náhuatl. La laguna formada en el cráter de un volcán extinto es conocida no solo por su impresionante vista del volcán Pico de Orizaba, sino también por las leyendas de brujas que habitan el lugar.
Los lugareños afirman que por las noches se pueden ver volando sobre el agua, y quienes intentan atraparlas caen al agua y se ahogan.
En este municipio se cree que las brujas, conocidas como tlahuelpuchis, aún existen. Estas mujeres, cuyo nombre significa “sahumador luminoso” no trabajan en grupos y son sumamente agresivas.
Las comunidades otomí y nahua de Pahuatlán se distinguen por sus rituales espirituales de sanación y amor, y en los días de mercado se pueden encontrar chamanes y curanderos que ofrecen infusiones de hierbas para curar diversas enfermedades.
Las leyendas más populares hablan de brujas que aparecen como bolas de fuego sobre los tejados de las casas por las noches.