Una de las tradiciones mexicanas más ingeniosas y particulares durante el Día de Muertos es la creación de las calaveritas literarias, estos breves textos llenos de sátira, originalidad y una forma de ver a la muerte desde la ironía.
El origen de la calaverita literaria
Se cuenta que su origen y mayor antecedente proviene de la época virreinal, cuando el franciscano Fray Joaquín Bolaños presentó el polémico texto "La portentosa vida de la muerte" en 1792. “Desabrida es la muerte más para que no te sea tan amarga su memoria, te la presento dorada o disfrazada con
un retazo de chiste… Va en forma de historia porque quiero divertirte”. Dicha obra fue publicada por El Colegio Nacional y en aquella época, dichos textos eran censurados.
Durante la Revolución Mexicana y a finales del siglo XIX, surgen las calaveritas que conocemos actualmente, como una crítica del pueblo contra la élite porfirista.
José Guadalupe Posada, el famoso ilustrador mexicano, crea la imagen de La Catrina o La Muerte, con ese toque burlesco propio de las calaveritas. Posada hizo de sus ilustraciones una tradición y dio apariencia y vida a La Catrina. Las Calaveras literarias fueron publicadas por primera vez en 1849 por el periódico “El Socialista” de Guadalajara.
En la actualidad se utilizan las calaveritas literarias para la conmemoración del Día de Muertos en México. Muchas personas las dedican a sus familiares o amigos como parte de su celebración o recordando que existe una vida más allá de la muerte.
Aunque algunos escritores aprovechan estas fechas para burlarse de uno que otro político, reviviendo la esencia de las calaveritas, que son nada más ni nada menos que una forma de manifestación social.
¿Cómo se hace una calaverita literaria?
Como parte de su esencia, una calaverita literaria debe llevar crítica hacia una persona en particular y recordarle que la muerte siempre llega, estos textos debe tener toques de humor y rimas.
Bajo esta base, los cinco pasos fundamentales para elaborar una calaverita literaria tradicional son:
1. Aunque no es regla, utilizar versos de ocho sílabas por renglón es una práctica común.
2. Plasmar rimas consonantes, es decir, que las últimas sílabas de cada verso suenen igual o muy similar, en forma de poema.
3. Mencionar cómo y por qué la muerte se llevó a la persona criticada.
4. Ofrecer características y señas particulares de la persona de la que se trata la calaverita literaria.
5. Emplear el sentido del humor a lo largo del poema.