A 13 años de la muerte de Michael Jackson, nadie ha podido igualar al “Rey del pop”, como era conocido en el mundo.
Su increíble voz y movimientos a la hora de bailar, siguen siendo recordados por muchas generaciones.
Sin embargo, el Rey del Pop sigue generando polémica y controversia en muchos aspectos de su vida personal. Se dice que era amante de los animales y un gran activista por eso en “Neverland”, una finca ubicada en California, de 2.700 hectáreas, Jackson construyó un zoológico donde tenía una colección de animales exóticos, entre ellos llamas, tigres, loros, jirafas y serpientes.
El más famoso de todas las mascotas del famoso cantante estadounidense fue y es Bubbles, un chimpancé.
Bubbles fue adquirido por Michael Jackson en 1980 en un centro de investigación biomédico en Texas, cuando todavía era muy pequeño.
Desde su llegada fue tratado como un humano más, aseguran que dormía en una cuna junto a Michael,se ponía pijama, vestía ropa de marca, comía en la mesa con cubiertos, se cepillaba los dientes, según afirmó Jackson en el documental Living With Michael Jackson.
FOTO: Twitter Carly Heading
Conoció el mundo viajando de la mano del Rey del Pop, incluso vestían de manera similar.
En 1987 y 1988, el cantante llevó al chimpancé de viaje con él por diversas partes del mundo, en la gira "Bad World Tour"
En Japón, bebió te junto al alcalde de Osaka, allí protagonizó una de las inolvidables ruedas de prensa, donde se robó la atención de las cámaras.
De regreso en Estados Unidos, acudió junto al cantante a una cena en la casa de Elizabeth Taylor donde, según varios invitados, fue “el alma de la fiesta”.
Con el paso de los años, la mascota empezó a mostrar comportamientos agresivos, muy comunes en los de su especie, por lo que fue enviado en 2003 al complejo de Bob Dunn, pero años más tarde llegó al Santuario Center for Great Apes de Florida, Estados Unidos, donde reside todavía a sus 38 años.
Tras la muerte de Jackson en junio de 2009, se lanzó el documental "Michael Jackson and Bubbles: The Untold History", en el que se muestra cómo La Toya Jackson, hermana del artista, visita regularmente al chimpancé que se había destacado por sus habilidades para la pintura.
