La comunidad científica mundial ha alertado sobre lo que podría ser la próxima pandemia.
Se trata de las bacterias que se han hecho resistentes a los antibióticos, medicamentos que se usaron de manera descontrolada en hospitales de todo el planeta para tratar de hacer frente al Covid-19.
Estos microorganismos podrían ocasionar que cualquier infección se convierta en un padecimiento mortal.
¿Estamos preparados para luchar contra esta inminente amenaza de salud?
El Universal Puebla consultó a Maximino Nava Betanzos, encargado de Epidemiología del Hospital Universitario de Puebla para conocer más sobre esta preocupación de salud que la población del estado no estaría exenta de padecer.
El experto de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) explicó que, en efecto, con el paso del tiempo se espera que aparezcan bacterias que se vuelvan resistentes a los antibióticos.
Tal es el caso, citó, de la azitromicina, tratamiento que fue usado de manera frecuente para la atención al Covid-19.
Indicó que la azitromicina es un antibiótico que se utiliza para neumonías de origen bacteriano, así como para problemas respiratorios en la laringe, faringe y de los pulmones.
“Al inicio de esta pandemia lo que observamos es que el uso de antibióticos y otros medicamentos no servían absolutamente para contrarrestar el Covid-19, porque una cosa son las bacterias y otros son virus. Cuando una enfermedad tiene origen viral y queremos usar antibióticos, no van a servir absolutamente de nada. Esto es lo que vimos en esta pandemia”, dijo.
Nava Betanzos abundó que el primer antibiótico que se descubrió en el mundo fue la penicilina y desde entonces se han creado nuevos, cuyo mal uso puede ocasionar que las bacterias se hagan cada vez más resistentes.
Destacó que además de evitar la automedicación, los pacientes deben cumplir con los esquemas completos del tratamiento en los días y las dosis indicadas por el médico, pues ello evita que haya cambios genéticos en las bacterias de manera permanente, lo que dificultaría la cura.
El especialista explicó que crear un antibiótico lleva 10 años de investigación teórica y de intervención en animales y después en seres humanos.
Un ejemplo de lo complicado que es tener nuevos tratamientos es que en el 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exploró en la fase 3 cerca de 19 antibióticos diferentes, de los cuales tres son de interés para su uso y los otros 16 demostraron que no servirán para nada.
En el 2020, como consecuencia de la resistencia microbiana, hubo 25 mil muertes en Europa y 35 mil en Estados Unidos.
“El problema es preocupante, porque existe mucha gente recibiendo quimioterapia y que son susceptibles a infecciones, entonces el riesgo será mayor si no tenemos antibióticos eficaces para controlar algunas infecciones”, dijo.
Ante este panorama, el especialista en Epidemiología dio una serie de recomendaciones a la población para reducir enfermedades y no caer en el consumo excesivo de antibióticos.
Por parte de los gobiernos:
-Que garanticen el acceso al agua potable para una higiene adecuada.
-Garantizar una mejor vivienda, evitar los pisos de tierra.
-Acceso a una mejor alimentación, porque ganaderos y agricultores usan antibióticos para engordar el ganado y mejorar la producción de frutos.
Por parte de la sociedad:
-Aplicar buenas medidas de higiene todo el tiempo.
-Adecuado lavado de manos con agua y jabón.
-Contar con agua potable limpia o hervirla para el consumo.
-Hacer una buena cocción de los alimentos.
-No automedicarse.
-En caso de una enfermedad, recurrir a los médicos y seguir las instrucciones de cuántos días y el gramaje que deben seguir para el consumo de los medicamentos.
Dijo que siguiendo estas medidas evitaremos enfermarnos y en consecuencia, no habrá riesgo de consumir antibióticos que a lo mejor no nos servirán para curarnos.